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Estados Unidos equipará hospitales en Liberia para combatir el ébola
Foto de USAID

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) anunció el jueves que donará 75 millones de dólares para financiar mil camas más en centros de tratamiento contra el ébola en Liberia y la compra de 130 mil trajes protectores adicionales para trabajadores del sector salud.

Los sistemas médicos de África Occidental se han colapsado ante la presión de un brote de ébola que ya ha provocado la muerte de cerca de mil 900 personas. Los enfermeros en Liberia cubren sus cabezas con trozos de tela para protegerse de la pavorosa enfermedad, en medio de preocupaciones de que la escasez de equipo de protección en toda la región es responsable de la alta cifra de muertes por ébola entre trabajadores de la salud.

La agencia también exhortó a los trabajadores estadounidenses del sector salud a responder al brote. Rajiv Shah, su administrador, dijo a The Associated Press que son necesarios cientos de expertos internacionales más y que la agencia ayudará a enviar a trabajadores de la salud de Estados Unidos al lugar.

“Esto empeorará antes de que mejore”, indicó. “Contamos con una estrategia coherente y clara… pero se necesitarán de semanas a meses para operar a esa escala”.

Los 75 millones de dólares se suman a los cerca de 20 millones que la agencia ya había donado para combatir el brote, el cual fue identificado por primera vez en Guinea en marzo, y se ha expandido a Liberia, Sierra Leona y Nigeria. El mortífero virus se expande a través de fluidos corporales como sangre, sudor, orina y diarrea.

Los trabajadores de la salud representan aproximadamente 10 por ciento de las muertes hasta ahora. Gran parte del equipo protector que usan debe ser destruido tras su uso, por lo que las salas de atención al ébola necesitan un flujo constante de equipo desinfectado.

Una enfermera en un hospital de Monrovia, capital de Liberia, dijo que ella y sus colegas han recurrido a cortar sus viejos uniformes y se cubren sus cabezas con trozos de esa tela a manera de protección, viendo a través de orificios. La mujer habló a condición de guardar el anonimato porque no está autorizada a hablar con los medios.

“Es realmente patético”, dijo. “No estamos equipados para enfrentar la situación”.

Sin gafas protectoras, sus ojos arden debido a los vapores de cloro que se usa para desinfectar las salas, dijo la enfermera.

Con información de AP