Un ejemplo de ello es Osmel Rotges España, de 24 años de edad, quien fue plagiado por nueve sujetos con capuchas, chalecos antibalas y armas largas, que en días pasados llegaron en una camioneta a su casa. “No te pongas cómico, entra rápido en el carro y no me mires la cara porque vas a … Continued
Un ejemplo de ello es Osmel Rotges España, de 24 años de edad, quien fue plagiado por nueve sujetos con capuchas, chalecos antibalas y armas largas, que en días pasados llegaron en una camioneta a su casa.
“No te pongas cómico, entra rápido en el carro y no me mires la cara porque vas a ser hombre muerto”, le dijo el sujeto que fungía como jefe del grupo de maleantes, relató un amigo de Osmel, quien pudo huir al notar la presencia de los secuestradores.
Por su parte, Ronney Palacios dijo que él y tres amigos más jugaban a las cartas a media cuadra de la casa de Osmel, en el kilómetro 8 de la carretera que conduce a El Junquito, una parroquia cercana a Caracas, cuando llegaron los secuestradores haciendo disparos al aire.
“A Osmel lo montaron en la camioneta, mientras golpeaban salvajemente a nuestros otros amigos que no tuvieron tiempo de escapar. Orlando Rotges, padre de Osmel, salió en su defensa, pero los tipos lo espantaron a tiros y lo amenazaron de muerte”, dijo Ronney.
Refirió que ese mismo día empezaron a buscar en delegaciones policiales y hospitales y no lograron dar con el paradero del secuestrado, hasta que una vecina que los ayudaba en la búsqueda les avisó que lo habían encontrado con varios disparos y tirado en la vía pública.
“Esa tarde el cadáver de Osmel, quien trabajaba como cantinero en el Bingo Premier de Los Cortijos en el sureste de Caracas y estudiaba la carrera de administración, fue hallado muerto en el kilómetros 16 de El Junquito con nueve impactos de bala”, precisó Palacios.
El cuerpo del infortunado joven, según sus familiares, fue ingresado bajo el número 278 en la morgue de Bello Monte, un depósito de cadáveres que permanece colapsado la mayoría de las veces por la falta de personal y de cavas refrigerantes.
“Cada día se producen cinco secuestros en Venezuela, un delito que casi siempre se resuelve rápidamente con el pago de un rescate por parte de la familia y con la impunidad de sus autores”, afirmó el criminólogo venezolano.
Mármol añadió que “desafortunadamente el secuestro de Osmel no concluyó con el pago de ese rescate, como suele ocurrir, sino con la muerte de la víctima, lo cual preocupa a la sociedad venezolana, permanentemente expuesta a ser objeto de acciones similares”.
Con información de Notimex