Una embarazada que estaba en estado vegetativo fue desconectada de los aparatos que la mantenían con vida después de que un tribunal irlandés determinara que su bebé de 18 semanas no podría sobrevivir al parto. El caso expuso el temor y confusión entre los médicos sobre cómo aplicar la estricta prohibición legal al aborto en … Continued
Una embarazada que estaba en estado vegetativo fue desconectada de los aparatos que la mantenían con vida después de que un tribunal irlandés determinara que su bebé de 18 semanas no podría sobrevivir al parto.
El caso expuso el temor y confusión entre los médicos sobre cómo aplicar la estricta prohibición legal al aborto en Irlanda en una época de innovación médica.
La Alta Corte de Dublín dijo que todo apoyo vital a la mujer debía terminar más de tres semanas después de que fue declarada clínicamente muerta. Sus familiares se reunieron en un hospital en la zona central irlandesa para despedir a la mujer, cuyo nombre no se dio a conocer, y quien tenía entre 25 y 30 años y dos hijos menores.
En su fallo de 29 páginas, los jueces aceptaron el testimonio de siete médicos que dijeron que el feto no podría sobrevivir los dos meses de desarrollo necesarios para nacer sin riesgos. Los médicos detallaron cómo el cuerpo de la mujer se estaba volviendo un entorno letal con infecciones, crecimiento de hongos, fiebre e hipertensión.
La Corte Suprema del país estaba en pausa en caso de una apelación, dadas las cuestiones constitucionales en juego. Pero abogados que representaban los derechos de la mujer y del feto dijeron que aceptaban el fallo del segundo tribunal de la nación.
Irlanda tiene las más estrictas leyes antiaborto de toda Europa. Los médicos que atendían a la mujer habían rechazado los pedidos de la familia de desconectarla de las máquinas que la mantenían viva, una vez que el 3 de diciembre fue declarada clínicamente muerta, afirmando que legalmente no tenían derecho a quitarle la vida al feto.
Los médicos no querían apagar media decena de máquinas que regulaban el oxígeno, fluido sanguíneo, nutrición y manejo de desechos, citando temores de que pudieran ser demandados por negligencia e incluso enfrentar cargos en caso de que se suspendiera el soporte al feto.
Un médico atestiguó que él y dos colegas no pudieron ponerse de acuerdo sobre cómo debe aplicarse la prohibición constitucional irlandés, dada la falta de leyes explícitas o guías para este tipo de casos.
Con información de AP