El escenario de las drogas en México cambió a las nuevas tendencias de consumo durante seis años. Basta saber, que en los últimos tres años el Ejército destruyó casi 700 laboratorios de metanfetaminas en el país. Quizá sea atribuible a la estrategia de las autoridades o la disputa entre los cárteles, pero el tráfico de … Continued
El escenario de las drogas en México cambió a las nuevas tendencias de consumo durante seis años. Basta saber, que en los últimos tres años el Ejército destruyó casi 700 laboratorios de metanfetaminas en el país.
Quizá sea atribuible a la estrategia de las autoridades o la disputa entre los cárteles, pero el tráfico de cocaína se desplomó mientras que el de otras drogas químicas se disparó a niveles históricos. La nueva dinámica en el tráfico de drogas en nuestro país se ratifica de acuerdo con cifras oficiales del gabinete de seguridad de México sobre el decomiso y lo advertido por informes internacionales.
Durante el primer año de la administración del presidente Felipe Calderón (2007), las fuerzas federales decomisaron 48 mil 42 kilos de cocaína; en los años siguientes, la incautación de esta droga se desplomó sistemáticamente hasta llegar apenas a tres mil 417 kilos asegurados al concluir el 2012. Cabe señalar que los datos del gabinete de seguridad no arrojan en el caso de otras drogas como la mariguana o la heroína una tendencia marcada en los decomisos, por lo que se presume que el mercado de esas drogas se mantiene estable.
Los datos actuales del Gobierno Federal en México demuestran un incremento mayor a 4 mil por ciento en los decomisos de metanfetaminas. La Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) advirtió que los cárteles mexicanos se convirtieron en los principales productores y distribuidores de esta droga hacia el territorio estadounidense.
De acuerdo con la “Evaluación de la Amenaza de las Drogas 2013” elaborada por la DEA, las metanfetaminas mexicanas representan casi 80 por ciento del mercado total de esta droga en las ciudades de los Estados Unidos.
Según la DEA, pese ser una droga de mejor calidad, bajó 70 por ciento el precio del gramo que en algún momento llegó a alcanzar 290 dólares. “Al aumentar la pureza de la droga y bajar el precio, los cárteles consiguen que mucha gente se haga adicta y crean una nueva base de cliente. Son unos genios de la venta”, dijo para la agencia AP el agente de la DEA responsable de la oficina de Chicago, Jack Riley.
Con información de 24 Horas