Con un gran despliegue de color y movimiento, reflejo de las fiestas religiosas y sociales de la entidad, el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana celebró anoche su 50 aniversario, durante una gala en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes en esta capital. Bajo la dirección de Ángel Ciro Silvestre García, la agrupación, que … Continued
Con un gran despliegue de color y movimiento, reflejo de las fiestas religiosas y sociales de la entidad, el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana celebró anoche su 50 aniversario, durante una gala en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes en esta capital.
Bajo la dirección de Ángel Ciro Silvestre García, la agrupación, que está enfocada a la difusión y conservación teatral de todas las expresiones de la danza folclórica estatal, nacional y de varios países de Latinoamérica, sorprendió a poco más de mil personas con un espectáculo en el que se mostraron las costumbres y tradiciones de diversas regiones de Veracruz.
Con un programa titulado “Raíces de Veracruz”, la compañía hizo un recorrido musical y dancístico que incluyó danzas de la región del Totonacapan, Chicontepec y Papantla, principalmente.
En escena, cerca de 30 bailarines fueron acompañados por el grupo musical Tlen Huicani, que atrapó la mirada de chicos y grandes con su interpretación de “Un boda indígena de la región de Chicontepec”. El selecto grupo de bailarines escenificó la ceremonia y la fiesta con pequeños pasos coreográficos, flores y frutas. La boda conjuga costumbres ancestrales y con el paso del tiempo han integrado un ritual transmitido de generación en generación.
Enseguida, aparecieron las “Danzas del Totonacapan”, un cuadro coreográfico en el que las danzas de Moro y españoles se hicieron presentes, no solo con un zapateado suave, sino con hermosos atuendos, todos ellos muy coloridos.
Minutos después, apareció “La danza de los negritos”, una pieza que tiene su origen en la época colonial y que para algunos estudioso es la elaboración del drama de una madre africana, quien junto a su hijo llega a América como esclava. Según las notas al programa, para otros historiadores, la pieza representa la muerte de Quetzalcóatl y la suplantación de su culto por el dios Tezcatlipoca, representando por hombres vestidos de negro.
La región del Totonacapan también se hizo presente en la velada con la presencia de “La danza de los guaguas”, una coreografía colorida en la que se ofreció una versión totonaca de la adoración del Sol o dios del fuego.
Además del colorido vestuario, destacó la utilización de una cruz, una especie de molinete vertical de madera con cuatro aspas que montaron los danzantes para girar con ella.
La gala cerró con “Fandango navideño”, una propuesta coreográfica en la que el público encontró qué es y cómo se realiza un fandango. Desde los preparativos de esta fiesta situada en la Cuenca del Papaloapan, hasta los diferentes trajes de diversas épocas.
Se trata de una pieza que no sólo pretende mostrar bailes, sino también dejar en las audiencias el sentido de la importancia de una tradición que afortunadamente sigue vigente en Veracruz.
El Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana está formado por 62 personas, entre bailarines, músicos, personal directivo y técnicos, fue fundado el 15 de septiembre de 1964 por Miguel Vélez Arceo (1928-2010) con un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Veracruzana.
Una década después, en la administración del rector Roberto Bravo Garzón (1934-2012), el grupo se integró a la estructura de Difusión Cultural de la Universidad de Veracruz.
Con información de Notimex