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Desde el pasado lunes, día en el que se conmemoró el vigésimo primer aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio he traído en la mente la idea de escribir sobre el que, según las investigaciones, fue su asesino: Mario Aburto.

Lo primero que observo es que en la medida en que han pasado los años se han ido diluyendo las notas, las reseñas y reportajes sobre el personaje del que se llegó a decir que no era uno sino dos o tres los hombres que las autoridades de la justicia mexicana habían presentado y hecho pasar como Mario Aburto. (Tres personas distintas y un solo asesino verdadero).

Entre la información de la que dispongo tengo una edición que la revista Proceso hiciera al cumplirse una década del asesinato del candidato del partido tricolor, en ella el reportero Antonio Jáquez da cuenta de la posible teoría del complot que surgió en las primeras investigaciones hasta que alguien desde las alturas dio la orden del asesino solitario. El periodista escribió: “Los informes del primer fiscal especial del caso, Miguel Montes, multiplicaron las sospechas de que el asesinato de Colosio fue un complot (…) Montes popularizó la tesis de la acción concertada entre Aburto, los Mayoral, Tranquilino y otros que, según videos, daban la impresión de actuar en bloque (…) Dos meses después, el 2 de junio, Montes se desdijo e informó que se fortalece la hipótesis de que el homicidio fue cometido por un hombre solo, Mario Aburto Martínez”

Aquí cabe citar que años después, Carlos Salinas de Gortari, declaró que la nomenclatura priísta había sido la que ordenó el asesinato. ¿Por qué no, luego de expresada esa declaración por el que fuera el jefe del Ejecutivo cuando sucedió el homicidio, se hizo una investigación a profundidad?

Asesino solitario

Fueron cinco los fiscales especiales del caso que jamás pudieron dar con el motivo real del asesinato ni con los autores intelectuales. Para la justicia nacional Mario Aburto actúo solo en Lomas Taurinas. Sólo él asesinó a Luis Donaldo Colosio -con armas de dos calibres diferentes según el peritaje forense. Fue juzgado por homicidio calificado con premeditación, alevosía y ventaja y por portación de arma de fuego; fue sentenciado a 48 años de prisión. Promovió dos apelaciones contra su sentencia y se le redujo la condena a 42 años.

Información publicada en el año 2011 por el sitio de Internet Colectivo Pericú que le da crédito al portal SDPnoticias.com que a su vez cita como fuente noticiosa al diario La Jornada, en opinión del abogado Francisco Félix Garza García, Mario Aburto podría tramitar su preliberación para recuperar su libertad en un lapso no mayor de tres años, considerando que se deben restar de su sentencia al menos ocho años por la realización de actividades educativas, laborales o culturales y, entre uno o dos años por buena conducta y ser primodelincuente, como consideraba la legislación vigente al momento de cometer su delito.

Así pues, Aburto debería estar hoy, en el 2015, en la calle o a un paso de la libertad. Sin embargo, tal vez por ignorancia o por falta de recursos para pagar un buen abogado o porque nadie quiere arriesgarse en esa empresa por temor a la nomenclatura o al señor que dijo que la nomenclatura fue la causante del asesinato de Colosio, sigue enclaustrado.

Aburto hoy

Por primera vez en 21 años, en la semana en la que se recuerda la desaparición de Luis Donaldo, no ha habido un solo periódico o cualquier otro medio de comunicación que se haya ocupado de Mario Aburto. Tal parece que hay la consigna de irlo desvaneciendo de la historia, para que si alguna vez saliera de la cárcel ya no exista para nadie.

Busqué información sobre dónde está Mario en la actualidad, qué hace y cómo es su salud. Lo más que encontré fueron dos reportajes fechados el año pasado: Uno de la columna El asalto a la razón, de Carlos Marín, que estuvo en la prisión federal de Huimanguillo, Tabasco, donde el interno Aburto Martínez le negó una entrevista, pero el periodista pudo apreciar “a un patético sujeto de 42 años (…) más avejentado de lo que yo imaginaba y pesa 82 kilos y medio (…) padece tinea pedis y otitis externa; sarna o escabiasis, onicomicosis (hongos en las uñas), gastritis, faringitis y lumbalgia (dolor de espalda) pero es clínicamente estable”.

La otra nota la encontré en sinembargo.mx, firmada por Linaloe R. Flores, en la que se da cuenta de las dos actividades a las que Aburto dedica su tiempo libre (paradoja de la vida: cuando estás preso tienes mucho tiempo libre): pinta y escribe fábulas. De éstas he elegido una que con correcciones en la ortografía transcribo.

“El pato curioso”: El pato ha metido el pico en un envase de cristal, por andar de curioso no lo ha podido sacar. Quiso comer un bicho que en la botella estaba y él es el culpable que el pico se le atorará. Un búho le ha dicho: Nunca desearás lo que no está a tu alcance para que no te metas en líos donde es difícil que te saquen. El pato se ha dicho utilizar más la razón para que nadie se ría de lo que le pasó.

Dejo al lector la tarea de decidir con cual de los personajes de su fábula se identificará el autor.

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@manuelrajenjo

La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando las perdemos.