Y mete más dinero al Tren Maya y Dos Bocas que a la educación de los mexicanos del mañana
El presidente dio una señal muy clara de que la educación no le importaba, cuando al arranque de su gobierno le dio a la CNTE la rectoría de la educación pública, al cederle la asignación de las plazas de los maestros, que tendría que corresponderle al Estado.
La señal fue tan clara que hoy, cuatro años y medio después, la Secretaría de Educación Pública de su gobierno ha sido la que menos dinero ha gastado en la educación de los niños mexicanos en toda una década. La educación le vale sorbete.
En 2022, la SEP, con Delfina Gómez como titular, gastó 381 mil 611 millones de pesos, que es la cantidad más baja desde 2013; además de que eliminó las escuelas de tiempo completo, que daban estudios y alimentos gratuitos a 3.6 millones de niños pobres y marginados.
Es la consecuencia de la abdicación del Estado a la rectoría de la educación, a favor de ese grupo vandálico que es la CNTE, compuesto por maestros que no dan clases y que sólo se dedican a la insurgencia urbana, desde hace más de tres décadas.
Los maestros de la CNTE lleva esos más de 30 años sin impartir clases durante un curso completo. El actual, no será excepción: de manera intermitente, tienen sin clases a 200 mil niños en Oaxaca, mientras sus hordas cierran calles en la CDMX con cualquier pretexto.
Pero la realidad es que hoy en México la CNTE decide el ingreso, promoción y permanencia de los maestros en el sistema educativo, y otorga las plazas en automático para egresados de las normales, y la Universidad Pedagógica Nacional.
Sí, es cierto que la letra chiquita de las leyes secundarias de la Reforma Educativa de este presidente dice que “el Estado mantendrá la rectoría del Sistema Educativo Nacional”. Pero eso es puro cuento: manda la CNTE.
Porque decide quiénes ocupan las plazas y los cambios de escuelas de los profesores, en especial en
Chiapas, Oaxaca y Michoacán, que concentran al mayor número de menores de niños que no terminan la educación básica, y el 30 por ciento no va a clases.
De acuerdo con la Reforma Educativa del presidente, la CNTE inculcará niños “solidaridad, justicia, libertad, la igualdad, honradez, gratitud y la participación democrática, con los valores para la responsabilidad ciudadana y social, como el respeto por los otros”.
Ajá: pero eliminó el reglamento anterior, que fijaba reglas precisas para que quienes aspirasen a ingresar, permanecer y ascender como maestros, directores o supervisores fuera con base en sus estudios, y no en ser miembros de la CNTE, como es hoy.
Y mete más dinero al Tren Maya y Dos Bocas que a la educación de los mexicanos del mañana.