Auténtica, campechana, pero sin credibilidad ni confianza, Xóchitl Gálvez tuvo los arrestos de asumir un reto que no admitía pasos en falso: vencer a la Cuarta Transformación
Auténtica, campechana, pero sin credibilidad ni confianza, Xóchitl Gálvez tuvo los arrestos de asumir un reto que no admitía pasos en falso: vencer a la Cuarta Transformación.
Impuesta desde la sociedad civil, Gálvez Ruiz avanzó a trompicones durante la campaña. Los dirigentes partidistas dejaron que trabajara con su equipo de campaña y designaron a Santiago Creel como su enlace. La senadora dejó la gestión de su agenda en manos de Kenia López Rabadán y habilitó un consejo de asesores que encabezó Juan Pardinas y donde también participaron José Luis Luege, Germán Martínez, Enrique de la Madrid e Ildefonso Guajardo.
Empero, nunca pudo definir una propuesta atractiva para uno de los segmentos más grandes del mercado electoral: los jóvenes. Inicialmente, la integración y ejecución de la estrategia de comunicación quedó a cargo de Alejandra Latapí, pero fue relevada por Maximiliano Cortázar.
A partir de un estudio sobre el humor social elaborado por Guido Lara, los asesores de la abanderada frentista pudieron plantear una propuesta de comunicación política.
Xóchitl prefirió atenerse a las recomendaciones de su comunicador de cabecera, Aldo Campuzano y de su hija, Diana, quienes hicieron una campaña paralela bajo el paraguas de los Xóchitlovers.
La outsider de la precampaña se volvió una política monótona, a la hora decisiva. Exacerbar el sentimiento anti-AMLO de un sector del electorado quizá no fue la mejor idea. Al cierre de la campaña, su clamor por defender la democracia tampoco resulta suficiente para animar a una revolución.
Xóchitl se mantuvo fiel a su estilo. Pero comenzó a hablar con amargura del presente, incapaz de animar a un cambio que —por lo demás— nunca pudo definir con precisión. Y en una decisión costosa, decidió acercarse a los partidos dejando en segundo plano a las organizaciones sociales, lo que le restó adeptos.
Derrotar a la Cuarta Transformación requería más que una outsider o una influencer. Xóchitl no se incorporó a la marea rosa con una propuesta que contagiara esperanza sobre un cambio, que hiciera que los ciudadanos abrazaran una utopía.
Efectos secundarios
OFENSIVA. Apenas si regresó de su estancia europea, Alejandra del Moral cumplió con lo pactado: visitó a Claudia Sheinbaum, alistó su renuncia al PRI y adelantó la versión de que haría un anuncio… pero le ganaron los tiempos y tuvo que divulgar el borrador de la carta —sin rótulo ni firma, en su primera versión— dirigida al líder nacional del tricolor, Alejandro Moreno. Del Moral posteriormente usaría sus redes sociales para reiterar sus considerandos: Alito “ha dejado los ideales revolucionarios de democracia y justicia social”, censuró.
EXCESOS. Vecinos de la calzada Acoxpa han expuesto ante los aspirantes que buscan la alcaldía Tlalpan su molestia por las obras de ampliación del campus hospitalario de Médica Sur, autorizadas por la administración saliente. Esos trabajos contemplan la construcción de una nueva torre de especialidades y un auditorio adjunto, con capacidad para más de 500 personas y habrían excedido los límites establecidos en los permisos otorgados por la alcaldía Tlalpan, la Seduvi y el gobierno de la CDMX. La administración del grupo hospitalario también ha sido cuestionada internamente, por presuntos actos de favoritismo del doctor Misael Uribe Esquivel en la póliza de gastos médicos mayores colectivos.