Pero el coctel molotov recibe ingredientes más incendiarios cada día, como el informe del Comando Norte de Estados Unidos, acerca de que los cárteles controlan “entre un 30 a 35 por ciento del territorio, y eso es síntoma de un problema más grande”
El gobierno mexicano dedica seis mil soldados a recoger latas de Coca Cola en el Metro, no sólo mientras en el país asesinan a 100 personas a diario, sino cuando un aspirante presidencial en EU dice que México es refugio de operaciones terroristas.
En un desprecio absoluto por la geopolítica real para México, el actual gobierno se dedica a defender a tiranos que no le dan nada, como Díaz-Canel, Maduro y Ortega; echa en saco roto las advertencias de EU, de donde le llegan 500 mil millones de dólares anuales.
Por ejemplo, el ex secretario de Estado Mike Pompeo, escribe en su libro Never Give an Inch que los cárteles de la droga en México “imponen sus leyes criminales sin la interferencia del gobierno”. Y Pompeo es aspirante presidencial, eh.
Incluso, Pompeo llega más lejos, al asegurar que “Estados Unidos sea víctima de ataques terroristas desde México, porque México es refugio y punto de lanzamiento de ejércitos privados de los sindicatos criminales”.
Aunque lo que escribe Pompeo no es nuevo, pues apareció escrito en 2022, en el documento titulado México: Crimen Organizado y Organizaciones de Tráfico de Drogas, preparado por el Congreso Estadounidense.
“El lema Abrazos no balazos del presidente mexicano no ha funcionado, porque el presidente no tiene políticas de seguridad y ha evitado operativos policiales a gran escala para erradicar al crimen organizado”, se lee en el documento.
Este coctel molotov contra la seguridad nacional de México en el futuro, se fragua desde la superpotencia, mientras el presidente mexicano hace propaganda política de baja estofa, pero eficaz para sus bases sociales, hablando de Assange y el Che Guevara.
Pero el coctel molotov recibe ingredientes más incendiarios cada día, como el informe del Comando Norte de Estados Unidos, acerca de que los cárteles controlan “entre un 30 a 35 por ciento del territorio, y eso es síntoma de un problema más grande”.
Además, la DEA apunta en su informe Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas, que los cárteles Sinaloa, CJNG, Beltrán Leyva, Noreste, Zetas, Guerreros Unidos, Golfo, Juárez, La Línea, Los Rojos y Familia Michoacana son “la mayor amenaza para EU”.
Pero los militares mexicanos se dedican a todos menos a combatir a los cárteles: los de la Guardia Nacional farolean en las estaciones del Metro y los soldados hacen de albañiles en las grandes obras del gobierno, como el Tren Maya y Dos Bocas.
En rigor, nuestros militares están más enfocados a hacer negocios, como dueños del emporio Olmeca, que maneja 300 mil millones de pesos, además de ganancias extra a sus 770 mil millones de Presupuesto, gracias a las obras civiles que ejecutan.
Y recogen latas vacías en el Metro, porque son muy peligrosas.