Minuto a Minuto

Deportes Terence Crawford anuncia su adiós al boxeo “sin nada más que demostrar”
El estadounidense Terence Crawford tuvo como una de sus grandes noches el triunfo contra el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez
Nacional Detienen a tres por extorsiones a choferes de transporte público en CDMX
Las tres personas detenidas fueron señaladas por su relación con extorsiones a conductores de transporte público en CDMX
Deportes Mundial 2026: ¿Cuánto dinero repartirá la FIFA a selecciones participantes?
La FIFA apuntó que el Mundial 2026 será pionera en cuanto a su contribución financiera a la comunidad global del utbol
Nacional Sheinbaum urge a la ONU a “asumir su papel” ante creciente tensión entre EE.UU. y Venezuela
La presidenta Sheinbaum pidió que la ONU intervenga políticamente para contener el deterioro del conflicto entre EE.UU. y Venezuela
Internacional Marchas hoy miércoles 17 de diciembre de 2025 en CDMX: Principales manifestaciones y concentraciones
Estas son las marchas, concentraciones y eventos que se tienen registrados para hoy miércoles 17 de diciembre de 2025 en la CDMX

Nadie podría causar más afición en un dispositivo tecnológico como solo Apple lo sabe hacer.

Algo que cruza las fronteras de la locura, de un gasto o inversión (in)necesario, algo poco concebible para algunos y súper legitimo para otros. Y aunque nos duela, comprar un teléfono de alta gama y precio premium es algo que se ha vuelto normal y satisfactoriamente racional.

Quitando las comparaciones, esas inevitables comparaciones y estudios socioeconómicos, comprar un iPhone se ha convertido en un desahogo, además de la felicidad que causa tener este objeto tan deseado y bien logrado. No quiero entrar en discusiones de quién debe o no comprarlo, si vale lo que vale o si es estúpido gastar tanto en un dispositivo de estos… pues para mí no lo es; es mi herramienta de trabajo, comunicación y mi cámara fotográfica. Es el objeto que llevo conmigo la mayor parte del tiempo, me gusta lo que hace por mí y aún más me gusta traerlo conmigo. ¿Por qué no haría una buena inversión en algo que utilizo la mayor parte de mi día?

Si ya se, me puedo volver esclavo de este aparato, o tal vez ya lo sea, toda una discusión paralela en la que tampoco quiero entrar pues ya he escrito mucho de esto en mis artículos de productividad.

Lo único que quiero dejar claro en este texto es que cada quién es libre de comprar lo que quiera, son sus gustos, su “dinero”, y, no siempre, sus deudas. Este objeto del deseo ha hecho más bien que mal por muchos de nosotros. ¿Qué de malo tiene ser un fanático más? ¿Qué de malo tiene querer comprar? ¿Qué de malo tiene caer en la locura? Que juzgue quién nunca ha querido ir por lo mejor de algo.