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La injustificada invasión a Ucrania, que negó que haría durante semanas, es la más vergonzosa aventura militar en la historia de Rusia.

Lejos de su sueño de conquistar Kiev, la capital de Ucrania, en “cuestión de 48 horas”, al cabo de un mes, Rusia ha padecido un número indeterminado de muertos y heridos, que algunas fuentes colocan entre los 14,000 y 30,000 soldados muertos

Aunque Rusia mantiene que han sido solo 498 y 1,597 los heridos, el Kremlin prepara la movilización de reservistas, conscriptos, mercenarios y empresas paramilitares privadas, para reemplazar a los caídos, mientras urgió a China a enviarle de urgencia, más equipo militar, municiones, alimentos y combustible para sus tropas.

Frustrado, el presidente Vladimir Putin, respondió lanzando más de medio millar de misiles a los que sumó las bombas TSO-1 “Thermo-báricas,” lanzadas de aviones o lanzamisiles y que usa por primera vez en un conflicto militar; son consideradas armas brutales.

Los misiles están llenos de combustible altamente explosivo y mezclas químicas, que al hacer impacto causan tres explosiones que emiten fuertes ondas supersónicas, capaces de destruir edificios, personas y cuanto esté en su camino.

Reportes de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, señalan la posibilidad de que el presidente Putin utilice armas químicas o nucleares, como expresó el presidente Joe Biden, en la reunión de emergencia de la OTAN, a la que convocó en Bruselas, lo que, dijo, se respondería con la fuerza necesaria.

La preocupación aumentó, porque, a pesar de constantes intentos del más alto mando militar de Estados Unidos para comunicarse con sus contrapartes rusas, las llamadas han sido rechazadas por Moscú, prácticamente desde que inició el conflicto.

Tanto el secretario de Defensa, Lloyd Austin, como el general Mark Kelly, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, establecieron una comunicación directa con el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu y el general Valery Gerasimov, a fin de evitar que un malentendido o un accidente, puedan desatar una III Guerra Mundial.

Pero los rusos se han negado a contestar, dijo el Almirante John Kirby, secretario de Prensa del Pentágono, quien destacó que existe preocupación porque aviones de combate rusos operan en la frontera con Polonia, que es miembro de la OTAN y aviones de Estados Unidos y aliados europeos patrullan la zona del mar Báltico, mientras transportan equipo militar a Ucrania, por tierra.

Los expertos consideran que los soldados jóvenes e inexpertos de Rusia, que realizan operaciones de combate contra Ucrania en caza bombarderos y barcos, pueden cometer un error que extienda el conflicto, atacando a integrantes de la OTAN.

Rusia ha sufrido también la destrucción de casi 4,000 tanques, Katyushas y otras piezas de artillería, de 10,000 que llevaban sus tropas, con el propósito de sitiar Kiev, la Capital del país, creyendo que el solo despliegue de fuerza, intimidaría a los ucranianos, que luchan sin tregua, en defensa de su país.

En la lista del equipo destruido aparecen docenas de helicópteros de combate, al menos media docena de aviones y ahora hasta el destructor Orsk en el puerto de Berdyansk, al sur de Ucrania, controlado por los invasores.

El presidente Biden anunció en Bruselas, que Estados Unidos canalizará dos mil millones de dólares más a Ucrania, en equipo militar y mil millones de dólares en alimentos, medicinas y cuanto sea necesario para mitigar las necesidades de refugiados y desplazados, además de que Estados Unidos recibirá hasta 100,000 refugiados para unificar familias.

Dio a conocer nuevas sanciones que incluyen a más de 400 integrantes de la Duma, el cuerpo legislativo ruso y dijo que está de acuerdo en que se expulse a esa nación del G-20 y abundó sobre los comentarios que hizo en contra el presidente ruso, acusándolo de crímenes de guerra.

Por cierto, Biden menciono en esa conferencia, que no piensa buscar la reelección, en 2024.

El presidente Biden ha actuado con extrema cautela a pesar de la constante presión del presidente ucraniano Volodymir Zelensky, de que les sean entregados aviones Mig-29 de Polonia o que la OTAN establezca una zona de exclusión aérea, para frenar los ataques que están prácticamente demoliendo todas las ciudades de Ucrania, generando la salida de casi 4 millones de personas y más de 10 millones de desplazados, que bajo intenso frio, falta de agua, comida y alimentos, buscan refugio en las zonas aun no bombardeadas.

Los republicanos, politizando la guerra en Ucrania, han manipulado, para afirmar sin razón alguna, que la invasión rusa, “fue posible porque Putin tiene comprado al presidente Biden”.

Republicanos que apoyan al expresidente Donald Trump, dicen que Biden “debía hacer llegar a los ucranianos, los aviones Mig-29 que ofrece Polonia”.

“Biden tiene miedo de escalar el conflicto y de hacer enojar a Putin” dijo el senador republicano Lindsey Graham, íntimo amigo de Trump, quien junto a los congresistas Marjorie Taylor Green, Mattf Gaetz, elogian a Putin por la intervención en Ucrania, se oponen a la aprobación de ayuda humanitaria para esa castigada nación y tratan de sacar beneficio de esta cruenta y vergonzosa guerra, solo para mantener sus curules.

Así ocurrió recientemente, cuando los republicanos pidieron al presidente Biden, que cortara las importaciones de petróleo y gas natural de Rusia, que evidentemente se tradujo en un incremento del precio de la gasolina, de lo que después culparon al mandatario, declarándolo “enemigo de la energía” de Estados Unidos.

Sin embargo, con todo lo que ha ocurrido en Estados Unidos en los últimos cuatro años, los estadounidenses pensantes no caen ya fácilmente en la manipulación y esperan continuar la recuperación del país, bajo la guía del presidente Biden.

* Texto publicado en LA Times y reproducido con autorización del autor