A los seis meses con 14 días de haber asumido el mando como presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump se tomó una vacaciones de 17 días. ¡Qué poco aguante! Ojalá que este periodo de asueto le sirva al magnate para regresar a ejercer el poder más relajado, menos beligerante y con una inteligencia … Continued
A los seis meses con 14 días de haber asumido el mando como presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump se tomó una vacaciones de 17 días. ¡Qué poco aguante!
Ojalá que este periodo de asueto le sirva al magnate para regresar a ejercer el poder más relajado, menos beligerante y con una inteligencia emocionalmente equilibrada; aunque lo más probable es que regrese a la Casa Blanca únicamente más anaranjado -por el bronceado-.
Un balance de su primer semestre al mando del país más poderoso del planeta -todavía- indica que al inicio de su gobierno la economía gringa registró un buen ascenso. (Esto es algo natural, cuando se inicia un romance, una Luna de Miel entre el mandatario entrante y la ilusionada sociedad civil. Pero en este caso la honeymoon duró muy poco por la escasa capacidad amatoria del lunamielero que confunde el embaucamiento con la seducción; desconoce el arte de la caricia porque toma a la mujer como si fuera bola de boliche; es de mecha corta (en todos sentidos del concepto), y como vive cerca… llega rápido. Total que antes de cumplir cien días de gobierno el repunte económico que se veía vigoroso sólo quedó en una moderada recuperación financiera, equivalente a un orgasmo fingido.
Un compendio de lo sucedido en estos 195 días en los que Trump ha gobernado con su estilo personal da por resultado un saldo de popularidad a la baja de manera excesiva como no le ha sucedido a ninguno de sus antecesores; incumplimiento de sus propuestas de campaña: las reformas fiscal y de salud y el plan para mejorar la infraestructura de su país, el muro en la frontera con México está en su catálogo de promesas. Habrá que agregar su descarado nepotismo así como su irresistible tendencia a comportarse como hombre de negocios y la suspicacia levantada por una supuesta intromisión rusa en la elección que lo llevó a la Casa Blanca. La investigación sobre la injerencia rusa provocó que Trump despidiera, en mayo pasado, al director del FBI, James Comey, para que dejara de averiguar sobre el tema. No podemos dejar a un lado su egolatría que se convierte en patanería en las reuniones con jefas y jefes de Estado; su ignorancia de las políticas ambientales, así como el haber despertado, en las franjas más retrógradas de la sociedad estadounidense, un peligroso e irracional sentimiento antirracista.
Pero hay un rubro en el que el millonario neoyorquino ha sido todo un éxito: La venta de papel higiénico con la impresión de sus tuits más significativos y polémicos que vende Amazon. Cada rollo de dos capas -acolchonadito- cuesta 11.99 dólares, casi un dólar menos de los 12.95 que hay que pagar por un rollo con imágenes de la cara del mandatario. (Me dicen que en una de ellas aparece pujando). Amazon informó que se agotaron la existencia de ambos tipos de rollo. (Una especulación del que escribe: Muchos rollos cayeron en manos de coleccionistas quienes les pusieron una leyenda: “Úsese sólo en caso de verdadera emergencia”).
Peña Nieto vs Trump
Fue The Washington Post quien para amargarle las vacaciones al potentado de los dedos rechonchos y las manos pequeñas publicó el pasado jueves las conversaciones telefónicas que realizó Trump con los presidentes de México y Australia, con lo cual el periódico reveló la vulnerabilidad de la seguridad de la Casa Blanca -a ver ahora qué Jefe de Estado acepta una conversación telefónica con el mandatario gringo-.
En la conversación sostenida entre Peña Nieto y Trump, nuestro presidente se mostró firme en la conversación pero demasiado decente para dialogar con un rudo como Donald Trump. Le faltó barrio al presidente mexicano. Esta es una conversación, imaginaria, entre un mexicano (PN) y un gringo (DT):
DT.- Van a preguntarnos: ¿quién va a pagar el muro? Yo te pido, Enrique, que dejes de decir que México no va a pagar el muro.
PN.- Es que esa es la verdad. No vamos a pagar ni madre. Está en juego la dignidad de México. Pero mira, te voy a dar chance, ninguno de los dos hablemos de quién lo va a pagar. ¿Qué te parece? Chingue a su madre el que diga que no va a pagar el muro.
DT.- Okey. Yo voy a decir que lo estamos solucionando. Otra cosa, quiero que seas tan popular que el pueblo mexicano pida tu reelección.
PN.- Hablas a lo pendejo porque no conoces nuestra Constitución. Además, a estas alturas ya no quiero queso sino salir de la ratonera.
DT.- Bueno, es que ustedes tienen hombres malos, narcotraficantes a los que nuestros militares los eliminarían fácilmente.
PN.- Mejor que eliminen a tantos pinches drogadictos que tienen allá y a los que venden armas. Al Ejército mexicano, tus pinches soldaditos, el General Kelly, el General Electric y el General Motors les dan tres pelones.
DT.- ¿Pelones? Yea…Yo te quiero preguntar: ¿qué te pones en el pelo para tener tan buen copete?
PN.- Me pongo té de ramo blanco…
DT.- Voy a sacar mi libreta para apuntar.
PN.- No, mejor luego te echo un telefonazo. (Cuelga)
