Elecciones 2024
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Hace un par de meses, Gallup ubicaba la aprobación del presidente Donald Trump en 49 por ciento, el nivel más alto desde que asumió el cargo. Hoy, las encuestas le dan calificaciones mediocres por su respuesta a la pandemia y ubican su popularidad a la baja: apenas 43 por ciento, según la misma Gallup.

Este giro complica la reelección de Trump. Con una tasa de desempleo no vista desde la Gran Depresión, el presidente se ha quedado sin una narrativa a partir de la prosperidad económica. Además, ahora está atorado en un tema que le es adverso, sin poder cambiar el foco de la conversación.

Electoralmente, lo más delicado para el presidente no es su sitio debajo de Joe Biden a escala nacional, pues la ventaja del demócrata no es mucho mayor a la que Hillary Clinton reportaba en 2016. Lo grave es que ahora las encuestas —incluidas las de Fox News— lo ubican rezagado en estados clave, como Michigan, Pensilvania e incluso Florida. En todos ellos sale reprobado en el manejo de la pandemia.

El presidente ha perdido intenciones de voto entre los adultos mayores, los mismos que en 2016 apoyaron mayoritariamente su candidatura y que ahora tienen a Biden 10 puntos porcentuales arriba. Esta tendencia se percibe en varios de los estados clave, que coincidentemente tienen una alta incidencia de votantes mayores, entre ellos Florida.

A Trump probablemente le ha restado el forcejeo con las autoridades sanitarias y su insistencia en reabrir pronto la economía. Para los adultos mayores, la salud es primordial y no quieren que se ponga en riesgo por un regreso prematuro a la “normalidad”. Su apoyo a las políticas de aislamiento social es claro.

Tal vez eso explica el vuelco repentino de Trump, quien luego de llamar a los grupos radicales a “liberar” sus estados, hace unos días pidió a los gobernadores que no reabrieran demasiado rápido sus economías.

Si el presidente no logra recuperar a estos votantes y dar la vuelta a las preferencias en los estados clave, se ve muy complicado que repita la hazaña de 2016. Tiene tiempo, dinero y no hay que minimizar su probada capacidad para retomar la iniciativa política. Habrá que esperar para saber si, en efecto, es capaz de lograrlo justo ahora, en tan insólita coyuntura.