Elecciones 2024
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1. De la inverosímil detención carretera en Tamaulipas va saliendo el peine: quien avala el dicho, Carlos Domínguez hijo, contó ante AMLO que Mario Delgado “nos invitó a un grupo de reporteros a cubrir sus actividades. Tuve el gusto de acompañarlo, igual que mi compañero Hans Salazar, que viene seguido aquí”, y ambos atestiguaron que unos sujetos encañonaron “con un arma larga” a los morenistas.

El viernes afirmó que el chofer de los malandros blandió un cuerno de chivo por su ventanilla (o sea la izquierda), pese a que los presuntos amagados estaban a la derecha, del lado del copiloto atacante. Su “reportero” cuatachón es otro de los moléculas dizque “periodistas” que trabajan de paleros en Palacio Nacional. López Obrador ignoró el desconfiable “testimonio”.

2. Gabriel Zaid, uno de los intelectuales más reconocidos y luminosos de México, publicó el domingo que AMLO es “un dicharachero que no sabe que no sabe”; que “lo posible y lo deseable no es destruir ni abstenerse sino limitar los daños al país en esto y aquello”, y que en las inminentes elecciones “la respuesta ciudadana a un sexenio anticiudadano no debe ser la abstención, sino el voto de castigo. Abstenerse no sería inteligente ni responsable”. Ese mismo día, en Chiapas, fue descalificado por el Presidente: “Contra viento y marea, y aunque no le guste a The Economist, a los conservadores ni al sabiondo de Zaid, la transformación pacífica, democrática y con dimensión social es imparable…”.

Y ayer le volvió a tundir: “Estoy viendo videos donde salen adversarios nuestros de tiempo atrás, ya hasta a Zaid lo metieron en el redil, lo acarrearon…”.

3. Se le preguntó si ya le respondió el gobierno estadunidense la petición de no aportarles fondos a las asociaciones civiles Mexicanos contra la Corrupción y Artículo 19, que considera “opositoras”. “No, no ha habido ninguna respuesta, la estamos esperando”, contestó. “Te refieres a lo del financiamiento que reciben organizaciones de la supuesta sociedad civil, que en realidad son organizaciones políticas. No son partidos, pero sí son grupos de presión u organizaciones que participan en política (…). Es indebido que el gobierno de Estados Unidos entregue dinero a estas organizaciones, más en tiempos electorales (…). Es muy lamentable que no haya tomado en serio nuestra petición…”. –¿Tocaría el tema con la vicepresidenta? (Kamala Harris viene el lunes) –preguntó el reportero Pedro Villa y Caña de El Universal. –No, no. Es otra agenda. Esto tiene que ver más con el Departamento de Estado, con la embajada, porque es la embajada de Estados Unidos la que reparte el dinero, de acuerdo con las pruebas que se tienen.

Ese dinero proviene de la Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo que, al igual que el Departamento de Estado, está jerárquicamente por debajo de la vicepresidenta Harris. Aunque no esté previsto en “la agenda”, debiera aprovechar la oportunidad, no arriesgarse a que nunca le contesten y mejor preguntarle personalmente a la señora…