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México pasó de tener una disciplina fiscal ejemplar a nivel de los países emergentes a un deterioro acelerado de la deuda y la cuenta corriente. Todo en menos de un sexenio.

¿Y se quejan de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiera el establecimiento de un Consejo Fiscal Independiente?

Después del efecto tequila, cuando México sí causó una crisis internacional, en este país se aprendió la lección y se creó una estricta ley que ordenaba al Ejecutivo y al Legislativo que no se podía gastar más de lo que se ingresaba.

La ley de responsabilidad fiscal obligaba al equilibrio y al mantenimiento de la salud de la deuda y las finanzas nacionales. Además, se estableció un calendario preciso para dejar de jugar a la aprobación presupuestal en el filo de la navaja del 31 de diciembre.

La disciplina fiscal se convirtió en una religión hasta que la Gran Recesión abrió la puerta para la excepción.

Hay que decir que las finanzas iniciaron el camino de la descomposición que hoy es un síntoma de enfermedad importante desde la segunda mitad del sexenio pasado. El gasto deficitario volvió a aparecer como un instrumento permitido de impulso a una economía que presentó un derrumbe superior a 6% durante el 2009.

Este sexenio el plan era diseñar un paquete de reformas tan extraordinario que permitiría un crecimiento a tasas de 5% al año, era darle forma al Mexican Moment que dejaría perplejos a todos.

Y con tal expectativa, un poco de deuda y de gasto deficitario no harían daño a nadie, pues la robusta economía mexicana rápidamente pagaría esos ligeros excesos de impulso, para ello modificaron la regla de disciplina para gastar a manos llenas.

¿Qué fue lo primero que salió mal? ¿El petróleo, Pemex, China, la política o la recesión prolongada del mundo, todo junto? Como sea, México se encarriló en el camino de la indisciplina fiscal y hoy no hay crecimiento dinámico y sí una deuda que supera 50% del Producto Interno Bruto y creciendo.

Hoy, la autorregulación disciplinaria fue vulnerada por el Congreso y se dio manga ancha al Ejecutivo para gastar. Hoy estamos en la antesala de un Paquete Económico que apenas frene el deterioro del endeudamiento y los desequilibrios presupuestales.

¿De verdad es para ofenderse que el FMI plantee la necesidad de un Consejo Fiscal autónomo?

Es verdad que hoy la visión del manejo de la hacienda pública es diametralmente diferente a lo que había hace poco más de un mes, es verdad que México tiene el aval de los organismos internacionales y el reconocimiento por su habilidad de manejo de los mercados financieros para gestionar su deuda.

Pero también es un hecho que México ha encendido las alertas internacionales con su indisciplina, en tiempos en que los inversionistas son mucho más quisquillosos con el destino de sus recursos.

El consejo del FMI es una llamada de atención de un organismo que, como sea, tiene la cartera abierta para México con 87,000 millones de dólares disponibles para una emergencia financiera.

Sugiere FMI controles fiscales. México se ganó el Consejo - val_int_FMI_111016