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El gobierno canadiense está mandando muchas señales, casi ninguna positiva hacia México. Trudeau es amistoso, pero parece no valorar el vínculo con México.

¿Qué planes tiene Canadá para el TLC y para México? El gobierno canadiense está mandando muchas señales, casi ninguna positiva hacia nosotros. La conversación de un alto funcionario de ese país con el Globe and Mail confirma que ellos apostarán por una estrategia bilateral con Estados Unidos, donde la puesta al día de la relación con México quedará para un momento posterior. La gira de Justin Trudeau a Europa, dos días después de la reunión con Donald Trump, indica que su segunda prioridad está al otro lado del Atlántico.

El primer ministro de Canadá está ahora en Europa. Su primer evento fue en el Parlamento Europeo. En Estrasburgo, Justin Trudeau se congratuló de haber concretado un amplio acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

La UE es el segundo socio comercial de Canadá y es la región en la que la mayoría de los canadienses quieren que se enfoque el esfuerzo comercial de su país, después de Estados Unidos. Eso es lo que dice una encuesta publicada por el principal periódico de ese país, el Globe and Mail. De los encuestados, 49% quiere que su gobierno dé prioridad a la relación con Estados Unidos y en segundo lugar, 33% favorece el estrechar la relación con la Unión Europea. En tercer lugar, aparecen Gran Bretaña y China con 29 por ciento. La encuesta no suma 100 porque se les pide que pongan dos opciones. México no tiene menciones específicas. Está agrupado en la categoría centro y Sudamérica, con 14% de las menciones.

Cuando Canadá habla de un bilateral con Estados Unidos, de manera implícita está sepultando el NAFTA. Éste es un acuerdo trilateral e implica un marco de regulación para una región que abarca tres países. A ellos les interesa actualizar el marco de las relaciones comerciales bilaterales con su mayor socio comercial y dejan claro que piensan que México sobra en esa negociación. Ellos quieren un acuerdo que les reconozca un carácter de socio privilegiado de Estados Unidos y saben que la palabra NAFTA es indigesta para el presidente Trump, sus colaboradores y una parte muy significativa de la opinión pública de Estados Unidos. En caso de que el TLCAN se acabe, ellos tendrán como referencia un acuerdo bilateral firmado en 1988. Lo trilateral.

Soy de los que piensa que el hubiera sí existe. México es el tercer mercado para los productos canadienses, pero no somos reconocidos como un socio estratégico. Lo dice la encuesta del Globe and Mail y las actitudes del gobierno. Ojo: Trudeau es amistoso con México, pero parece no valorar especialmente el vínculo con México. Si se hubiera cultivado de otra forma la relación mexicano-canadiense, ahora tendríamos un escenario muy diferente: un aliado en la negociación/enfrentamiento con Donald Trump y una “válvula de escape” para la diversificación de nuestro comercio con el mundo. La importancia de la relación con México es uno de los secretos mejor guardados en Canadá. El comercio bilateral entre México y Canadá asciende a 37,800 millones de dólares anuales. Dos millones de canadienses hacen turismo cada año en México. Las inversiones de empresas canadienses en México ascienden a 14,800 millones de dólares.

Esta relación ha sido muy dinámica, pero podría enfriarse si el celo antimexicano de Trump les arranca concesiones a los canadienses. El NAFTA sigue vivo, pero hay un cazador que lo tiene en la mira.