La presidenta se aferra a los números para demostrar que México y los mexicanos son demasiado importantes, como para que EU prescinda de ambos”
Llegó enseguida la respuesta de los dólares al cambio de calificación a México “de estable a negativa, por el debilitamiento institucional que amenaza con socavar los resultados económicos”: pues ya se fueron 71 mil 500 millones de capitales. De un golpe.
Es la mayor salida de capitales del año. La explicación la dio Marco Rubio, el próximo segundo hombre con más poder en Estados Unidos: “Nosotros somos socios de México, pero de México con instituciones”. Y México dejó de ser un país con instituciones.
La presidenta se aferra a los números para demostrar que México y los mexicanos son demasiado importantes, como para que EU prescinda de ambos”. Puede tener razón. Pero EU y México viven un periodo de estupidez colectiva, inoculada por sus conductores.
Trump allá, y López Obrador aquí, metieron a las mayorías (sin distinción de clases sociales o coeficiente de inteligencia) en un pantano biopolítico que se apodera de las personas y las hace comportarse de manera estúpida.
Dietrich Bonhoeffer, un pensador alemán opositor del nazismo, concluyó que, con el nacionalsocialismo, el pueblo alemán fue víctima de “la estupidez colectiva” Y escribió en un ensayo:
“La estupidez no tiene una causa psicológica, sino sociológica. Es contagiosa, pues la estupidez de uno necesita la estupidez del otro. Hay momentos en la vida de las sociedades en que, en contra de la estupidez, no hay ninguna defensa. De ahí nacen las dictaduras y el declive de los países”.
Por ejemplo, el actual régimen en México está convencido de que puede destruir la democracia sin consecuencias: concentrar el poder en una sola persona; y cancelar los poderes legislativo y judicial, el órgano electoral, los organismos autónomos.
Y también ser vecino de EU y aliarse con Rusia, que es enemiga de EU y está a 10 mil kilómetros de distancia; y con China, que está al doble de distancia; con Cuba y Venezuela, que son enemigos de EU, y se están muriendo de hambre.
O hacer un Presupuesto de nueve billones de pesos porque la economía crecerá tres por ciento, cuando saben que será imposible. Y concluir que están equivocadas con México las tres grandes calificadores globales S&P Global Ratings, Moody’s y Fitch Ratings.
Como sea, en octubre pasado los inversionistas extranjeros vendieron 71 mil 500 millones de pesos en bonos respaldados por el gobierno federal, la mayor salida del año, según el Banco de México. Se rompió la racha de dos meses de entrada de capitales.
La huida de capitales hará incosteables los programas sociales, a los cuales Claudia Sheinbaum dedica 72.72% del dinero que recauda en ingresos tributarios. Aunque sus seguidores tendrán un consuelo: “Pero al menos no gobierna la derecha”.
Dietrich Bonhoeffer lo denominó “estupidez colectiva”.
Y es contagiosa.