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La semana pasada se publicaron las cifras de empleo de junio en Estados Unidos, revelando que la economía creó 288,000 empleos contra una expectativa de 215,000. Adicionalmente, los números de abril y mayo fueron revisados al alza en 29,000 plazas en conjunto.

El caso de abril es particularmente importante, ya que el dato fue revisado a 304,000 empleos, la cifra más alta desde principios del 2012. En total, el segundo trimestre del año registró la creación de 816,000 plazas, lo cual representa uno de los trimestres con mayor creación de empleo en los últimos 10 años, solamente por debajo del primer trimestre del 2012, cuando se crearon 829,000 empleos y el primer trimestre del 2006, cuando se crearon 872,000 empleos.

La creación de empleo promedio de los últimos cinco meses ronda las 250,000 plazas, lo cual confirma que la debilidad en las cifras de empleo de diciembre y enero es en gran parte atribuible a uno de los inviernos más crudos en la historia de Estados Unidos.

A pesar de la recuperación en los niveles de empleo, lo cual sin duda es una excelente señal, la situación del mercado laboral sigue siendo débil en un contexto histórico. La tasa de desempleo disminuyó a su nivel más bajo de los últimos cinco años, de un pico de 10% en octubre del 2009, a 6.1% actualmente, con gran parte de dicha mejoría ocurriendo durante los últimos 18 meses, en los que la tasa de desocupación cayó de 7.9 a 6.1 por ciento.

La tasa de desempleo podría comenzar a acercarse al nivel precrisis de 5.5%, que había en enero del 2008, a un ritmo más acelerado de lo esperado. Hasta antes de la publicación de estos datos, había cierto consenso alrededor de la opinión de que la tasa de desempleo no rompería la barrera de 6% hasta mediados del 2015. La razón principal detrás de esta expectativa era un incremento esperado en la tasa de participación de la población, es decir en el número de personas que están buscando empleo. Aunque este argumento sigue siendo válido, pareciera que la tasa de desempleo romperá la barrera de 6.0% durante este tercer trimestre. Para que esto se cumpla, la creación de empleos deberá superar, en promedio, las 250,000 plazas por mes, lo cual se antoja posible.

Sin duda, la situación del mercado laboral es la principal variable sobre la cual la Reserva Federal (Fed) tomará la decisión de comenzar a subir las tasas de interés. No obstante, la tasa de desempleo no es la única variable objetivo.

Además de la tasa de desempleo y las cifras mensuales de nuevas plazas, la Fed estará monitoreando el comportamiento de los salarios, los cuáles aún muestran un rezago importante, y de la calidad de los
empleos creados (medio tiempo vs tiempo completo). Hasta ahora, el discurso de la Fed ha sido interpretado como uno cauteloso, donde la decisión de comenzar a subir las tasas se tomará hasta el 2015.

No obstante, si los principales indicadores de la economía estadounidense siguen acelerando su ritmo de recuperación, Janet Yellen y el resto del Comité de Mercado Abierto podrían verse forzados a actuar antes de lo esperado.