Ajá, México está incendiado por la violencia y el presidente se burla a cajas destempladas: “Les digo a quienes tienen secuestrados a esos trabajadores que los liberen; si no, los voy a acusar con sus papás y con sus abuelos”
El presidente puede poner rolas cada mañana, pero no acalla el ruido de las bombas del narcoterrorismo, que ayer hizo estallar un coche en Celaya y quemar vivo en su camioneta blindada a Hipólito Mora… o que lleva cuatro mil muertos más que Peña Nieto.
Sí: se dedica a poner música en sus conferencias matutinas y decir que acusará a los asesinos con sus madres y abuelas; mientras, hasta ayer, se registraron en lo que va de su gobierno 159 mil 112 asesinatos, y ya le rompió al récord a Peña, que lo dejó en 156 mil.
México vive una espiral incontenible de violencia: ayer, también, desollaron a un líder de un partido aliado del presidente en Guerrero (el PVEM) y seguían secuestrados 16 trabajadores en Chiapas, de quienes no hay rastro alguno.
Ajá, México está incendiado por la violencia y el presidente se burla a cajas destempladas: “Les digo a quienes tienen secuestrados a esos trabajadores que los liberen; si no, los voy a acusar con sus papás y con sus abuelos”.
Sin embargo, la sorna del Jefe del Ejecutivo sobre la acusación con “papas y abuelos” fue de muy mal gusto, pues los videos muestran a 16 trabajadores agachados, sometidos, sobajados, e imágenes de sus familiares llorando.
Pero, inmediatamente después de burlarse, el presidente presumió que está a la venta un muñeco parlante con su figura, que repite frases autoritarias y abusivas suyas con millones de sus gobernados, como “lo que diga mi dedito” y “me canso ganso”.
Aunque la insensibilidad del mandatario parece contagiarse a la población, pues según el diario El Financiero, cuenta con 58 por ciento de aprobación, un nivel que trae desde el mes de abril en las mediciones de ese periódico.
Es difícil de creer que seis de cada 10 mexicanos apruebe una gestión que, al menos en la seguridad pública es desastrosa. Pero, en el caso de El Financiero no habría que creerlo, pues no le cree ni el propio beneficiado que es el presidente.
Dijo el jueves 23 de marzo: “Las encuestas de El Financiero las hace su dueño en el escritorio, Manuel Arroyo, ahí las hace; ahora está enojado con nosotros porque tenía un crédito por 100 millones de dólares…”.
El caso es que, en breve, el número de asesinatos en lo que va de gobierno superará los 160 mil (el ritmo es de casi 100 diarios) y ya van cinco años de un gobierno que prometió que la violencia acabaría en el país, al día siguiente de haber asumido el poder.
Todavía, el 15 de julio de 2021, advirtió sin titubeos: “Si no pacifico al país no acreditaré históricamente mi gobierno”.
Pues no pacificó nada, eh.