El pretexto del presidente es el mismo que en Cuba, Venezuela y Nicaragua: los militares vienen del pueblo y no son corruptos
En apenas cinco años de Socialismo del Siglo 21 en México, los militares se apoderaron de posiciones clave dentro de la estructura de la administración pública federal, al igual que en Cuba, Venezuela y Nicaragua, principales aliados de nuestro presidente.
En esta militarización acelerada, el pretexto del presidente es el mismo que en Cuba, Venezuela y Nicaragua: los militares vienen del pueblo y no son corruptos. Ajá: y el general secretario y su familia viajan de shopping a Nueva York en jets privados.
La militarización del Socialismo del Siglo 21 en México, Cuba, Venezuela y Nicaragua confirma la máxima de los demagogos, según Mencken:
“El demagogo es quien predica doctrinas que sabe que son falsas a personas que sabe que son idiotas”.
Por eso, durante la campaña presidencial de 2018, el actual presidente dijo que rescataría al campo mexicano, vendiéndole a Estados Unidos todo el jugo de naranja de Tamaulipas; y que con eso el PIB crecería seis por ciento anual.
Así lo dijo: “Si gana Trump, firmamos un acuerdo para vender en Estados Unidos todo el jugo de naranja de Tamaulipas y así rescatamos el campo; habrá empleos y no la violencia que se padece actualmente, que a todos perjudica”.
Hablaba para idiotas, pues en ese momento, el campo mexicano era el primer productor mundial de aguacate (un millón 100 mil toneladas anuales), papaya (120 mil toneladas), limas y limones (32.3 por ciento del mercado mundial), café orgánico y nuez.
Al igual que ahora, para justificar la militarización del país y del gobierno: “Sin el apoyo de las Fuerzas Armadas no hubiéramos podido impulsar la transformación”. Tiene razón: su poder como mandatario descansa, sobre todo, en los miliares.
Hoy, una veintena de generales, vicealmirantes y contraalmirantes ocupan posiciones esenciales en la administración pública federal, y en las obras personales del presidente, como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, Tren Transístmico, aeropuertos.
Pero no es cierto que los militares sean impolutos. Ésa es también una doctrina que sabe que es falsa, para personas que sabe que son idiotas. Una proveedora del Ejército le vendió al general secretario un depa de lujo y, cambio, obtuvo un jugoso contrato del Ejército.
Un depa de 30 millones, pero el general secretario lo consiguió en nueve millones. Y su esposa, hija, hijo, nuera, nieta, consuegra, amigos y amigas viajan en jets de compras, paseos y cenas a Nueva York, Colorado, Moscú, Italia y República Dominicana.
Y, en 2022, “adquirió 47 abrigos de cashmere en 545 mil 336.3 pesos, para altos funcionarios castrenses”, según la Plataforma Nacional de Transparencia”. El dinero del Ejército mexicano es de dos mil millones de dólares: el numero 13 entre los más ricos del mundo.
Sí: para idiotas.