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El gobierno mexicano aceptó ante Estados Unidos convertirse en sala de espera de migrantes, pero sólo de habla hispana, lo que es igual a no recibir personas afrodescendientes: haitianos, brasileños, africanos, indios y árabes.

Sin embargo, eso no impidió que ya en la CDMX exista, como en Miami, una Pequeña Haití, que Eje Central bautizó como “Thahuati”, porque acoge a más de tres mil migrantes haitianos en la zona limítrofe de Tláhuac e Iztapalapa.

La autollamada Cuarta Transformación no los quiere, pero, por suerte para la riqueza cultural y étnica del México futuro, nos convertimos de país de tránsito a país de destino para la comunidad haitiana, que es la que queda aquí.

Pero destaca que es decidida por un gobierno que se dice humanista y de izquierda, la decisión de corte racista de rechazar a personas de idiomas diferentes al nuestro que, en coincidencia, tienen la piel generalmente negra.

Esto coincide con la disculpa del presidente con la diputada trans de Morena Salma Luévano, tras referirse a ella como “le di un beso a un señor vestido de mujer”. Destaca en un gobierno que se dice humanista y de izquierda.

Pero ss un gobierno sin ideología clara: de izquierda, es su preferencia por la estatización de la economía; de derecha, su inclinación por la militarización; del conservadurismo su rechazo al movimiento feminista y la legalización de las drogas.

En el caso de los migrantes rechazados, son haitianos, brasileños y africanos quienes no hablan español, y que entraron en el paquete aceptado por el presidente Joe Biden a cambio de que México acogiese el programa Quédate en México.

A lo largo de los años, muchos de quienes cruzaron México y no pudieron entrar jamás a Estados Unidos se establecieron en los estados fronterizos. Pero, hasta la llegada del gobierno de Trump, los quedados allí eran mexicanos del sur y centroamericanos.

Con el cierre fronterizo, quienes se quedan son haitianos, brasileños y africanos, que se casan con nacionales, que se casan con nacionales y por lo cual crecerá inexorablemente la población mexicana de otra ascendencia. Al parecer, la 4T no quiere eso.

Es una decisión de corte racista. Quitando el color de la piel, descalifica para estar aquí quienes no hablen español; y no hay blancos entre los brasileños que buscan cruzar a Estados Unidos. Y casi no hay indios ni árabes.

Vamos, México hasta suspendió el acuerdo con Brasil que eliminaba el requisito mutuo de visa. “Es que vienen a quedarse para migrar luego hacia Estados Unidos”, consideró la cancillería de Marcelo Ebrard, en su momento.

Pero ya viven aquí. ¿La 4T tiene un plan para eso? No. Su único plan es ganar las elecciones.

Y como sea.