El gran aporte del presidente mexicano a la teoría del populismo autocrático ha sido, como él mismo dice, que “gobernar no tiene ciencia”
Qué tan adelantado estará el presidente mexicano en la captura del poder absoluto, que hasta el dictador de Venezuela Nicolás Maduro le acaba de copiar la ley de extinción de dominio, que el de aquí tiene desde hace cuatro años, y le permite hacer lo que quiera.
Desde 2019, al gobernante mexicano la Ley Nacional de Extinción de Dominio le permite “disponer de forma anticipada” de bienes inmuebles, dinero en cuentas y efectivo incautados, sin esperar veredicto judicial, aunque después el acusado resulte inocente”.
Y, apenas el viernes pasado, el sátrapa venezolano dio de brincos porque pudo firmar la Ley Orgánica de Extinción de Dominio, que le permite quitar bienes y riquezas a funcionarios en desgracia y a enemigos políticos, de manera “inmediata”.
Quiere decir que el experimento autocrático mexicano autollamado “Cuarta Transformación”, va mucho más rápido que el chavismo de principios de siglo, que tardó una década en desmantelar los tres poderes, las instituciones y los medios tradicionales.
No olvidemos tampoco, que el presidente mexicano tiene el poder tremendo de la Ley de Austeridad, que en los hechos es una partida secreta como la que le critica todavía a Carlos Salinas, sólo que la suya fue aprobada por el Congreso.
Esa Ley de Austeridad, le permite disponer por inspiración personal de una parte del presupuesto del Estado (casi nueve billones de pesos) y destinarlo a lo que a él le dé la gana, con tener que contar con nadie. Todo eso, por ley: sin tener que aplicar la fuerza.
El chavismo y el madurismo, por ejemplo, tuvieron que imponerle la dictadura a su gente a sangre y fuego, darles a escoger entre dos sopas: te cuadras o te aplasto. Por eso Maduro está acusado de crímenes de Lesa Humanidad en el Tribunal de La Haya.
En cambio, la 4T no ha tenido que dar un toletazo en la calle a nadie para hacerlos entrar por el aro. Todo le resultó muy aceitadito. Ha sido como escribió Reynaldo Arena sobre el castrismo: “Te dan una patada en el trasero y aplaudes”.
Por ejemplo, para poder controlar a los medios, la dictadura venezolana cerró de tajo (sólo en 2009, eh) 32 emisoras de radio y TV; presionar a propietarios a venderle a testaferros del gobierno y tomar el negocio de importación de papel periódico.
Mientras, aquí, el presidente no ha tenido que despeinarse para poder controlar, como controla, las portadas de casi todos los medios impresos, y los teasers de casi todos los noticieros de radio y televisión.
El gran aporte del presidente mexicano a la teoría del populismo autocrático ha sido, como él mismo dice, que “gobernar no tiene ciencia”.
Se agarró el país en menos de cinco años.