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El presidente justifica la desaparición del FONDEN porque éste era un nido de ratas en el gobierno de Enrique Peña. Pero el candidato de Claudia Sheinbaum a la alcaldía de Querétaro es quien fue director del FONDEN, en el gobierno de Enrique Peña.

A ojos del presidente, en el FONDEN se robaban hasta los catres. Pero su director era José María Tapia, quien hoy es el alfil de Morena para quitarle al PAN la alcaldía de Querétaro, donde el alcalde actual, Luis Nava, es de los mejores medidos en el país.

¿Tapia? Pues según el presidente el FONDEN “había una constelación de empresas que eran las que vendían láminas, catres, despensas, y se robaron miles de millones de pesos”. Y Tapia fue su director. Por eso, en junio de 2019 desapareció el FONDEN.

Aunque el presidente, así como dice una cosa, dice otra. Al arranque del gobierno prometió perdonar a los funcionarios corruptos del sexenio de Peña: “Un perdón para cerrar la historia trágica de corrupción y que ya inicie una nueva historia”.

Puede ser el caso de Tapia: que haya sido bendecido con la mano máxima sobre la cabeza, o tocado en el hombro con el bastón de mando de Claudia Sheinbaum, con quien aparece en decenas de fotografías, como parte de su campaña electoral.

Pero la candidata presidencial de Morena también como dice una cosa, dice otra. A pesar de su porrista Tapia, dice que “el FONDEN tenía una corrupción tremenda”. Ajá, el mismo porrista que aparece en fotos agitando botellas de champagne en Las Vegas.

Sin embargo, lo cierto es que el FONDEN fue desaparecido únicamente para que Morena pudiera usar en la compra de votos los 41 mil millones de pesos que había en esa bolsa, en el inicio de este gobierno.

Fue, por lo mismo, que el gobierno extinguió por decreto presidencial otros 109 fideicomisos, que funcionaban con los fondos que generaban los rendimientos de cuentas bancarias abiertas con capital del gobierno y de empresas privadas.

Mediante instrumentos jurídicos, el decreto autorizó al mandatario a gastar en lo que se le ocurriera los 300 mil millones de pesos que había en aquellos 103 fideicomisos. En los hechos, dotó al presidente de otra de las tantas partidas secretas legales con que cuenta.

En cambio, dejó en funcionamiento otros fideicomisos, a través de decretos que permiten al Ejército y la Marina hacer fideicomisos públicos sin estructura, para recibir y administrar el dinero, que obtienen en las aduanas.

Puros ardides para hacerse del dinero ahorrado por el Estado, y para lavarle la cara, a quienes consideren que cruzaron el Jordán de la pureza, porque decidieron pasarse a su lado, como este José María Tapia.

Así funciona.