El descaro es de niveles tan altos, que hasta el cura Solalinde dijo que fue el gobierno de Estados Unidos el culpable de que los subordinados de Garduño dejaran quemarse vivos a los 40 migrantes en la cárcel migratoria de Ciudad Juárez
Es un signo del cinismo de los tiempos que corren, el sincronizado grito mediático de ayer de “van por Garduño”. Mentira, el jefe de Migración no pagará jamás la atrocidad de subordinados suyos que dejaron quemarse vivos a 40 migrantes en Ciudad Juárez.
El primero que salió en su defensa fue el presidente: “Yo considero que Francisco Garduño ha tenido un buen desempeño como director del Instituto Nacional de Migración”. Pues luego de esa bendición, queda claro que Garduño puede dormir tranquilo.
Tan tranquilo como Ignacio Ovalle, bajo cuya dirección se robaron 20 mil millones de pesos en Segalmex y, en lugar de ser imputado por la Fiscalía, fue promovido a un alto cargo en Gobernación. Al igual que a Garduño, el presidente lo defendió:
“Ignacio Ovalle es una gente buena desde mi particular punto de vista, y lo engañan, recomienda a funcionarios que son puro priista de malas mañas, acostumbrados a robar y los mete y empiezan a hacer negocios”.
La impunidad es grotesca. ¡Y la pantomima! Porque la imputación de la FGR a Garduño es de circo de aldea, pues ayer el “imputado” se la pasó en Twitter y hasta encabezó la repatriación de 23 de los 40 cuerpos de los migrantes muertos en el incendio.
Pero no sólo Garduño andaba como el viento a Juárez, pese al grito mediático con el que empezó el día: “Van por Garduño”, “Fiscalía va por Garduño”, “FGR culpa a Garduño, “FGR va por Garduño… también andaba muy campante el jefe de Migración en Ciudad Juárez.
Sí: el contralmirante Salvador González Guerrero, reapareció junto con Garduño, tras dos semanas sin mostrar la cabeza, luego de que los 40 migrantes se quemaran vivos en la celda porque los carceleros decidieron no abrirles las rejas y se carbonizaran.
Así son los “tiempos estelares de la 4T”, como le llama Joaquín López-Dóriga: de gracia para los amigos (ya ni justicia) y la ley a secas para los enemigos. Ni un solo pillo cercano a este gobierno, ha sido tocado con el pétalo de una orden de aprehensión.
El descaro es de niveles tan altos, que hasta el cura Solalinde dijo que fue el gobierno de Estados Unidos el culpable de que los subordinados de Garduño dejaran quemarse vivos a los 40 migrantes en la cárcel migratoria de Ciudad Juárez.
Sin embargo, a Rosario Robles la tuvieron presa tres años, sin más pruebas que una licencia de conducción falsa que le fabricó un juez en total impunidad. Tres años presa, sólo porque el grupo político que está en el poder la culpa de los videoescándalos de 2003.
La venganza si se les viene como anillo al dedo.
La justicia, no.