Dice el presidente que una treintena de muertos en Acapulco por el huracán “no son tantos”; y su protegido López-Gatell dice que no tendrá 50 mil votos de fallecidos por Covid
La muerte es asunto trivial en este gobierno. Dice el presidente que una treintena de muertos en Acapulco por el huracán “no son tantos”; y su protegido López-Gatell dice que no tendrá 50 mil votos de fallecidos por Covid, porque “claro, ya están muertos”.
Se entiende entonces que, durante este gobierno, se hayan batido todos los récord históricos de homicidios en el país: hasta son don 170 mil en cinco años; y que México primer lugar mundial en muertes por Covid, seguido por Rusia, Italia y Estados Unidos.
El aumento de los asesinatos es consecuencia de la estrategia oficial del gobierno de “Abrazos y no balazos” ante la violencia que genera el crimen organizado que, al ritmo actual, casi rozará el medio millón de homicidios dolosos al final del sexenio.
Pero el presidente justifica su estrategia:
“Me dicen que está mal el que yo hable de abrazos y no balazos. Yo digo que voy a seguir sosteniendo lo mismo. Tenemos que ser respetuosos de los derechos humanos. Los delincuentes son seres humanos que merecen nuestro respeto”.
También es resultado de la estrategia oficial del gobierno, el primer lugar de México en fallecidos durante la pandemia. “El Covid no es fatal, ni siquiera es equivalente a una gripe; hay que abrazarse, no pasa nada”.
Y de la negligencia de su designado para combatir la pandemia, López-Gatell, quien dio que “no hay motivos para que el Covid sea visto como una emergencia nacional”; y jugó con las cifras de muertos, como si fueran canicas:
“El mínimo de fallecidos estimados era 6 mil, otro escenario era 8 mil, otro era 12 mil 500… y teníamos así hasta 28 mil, que se redondea a los 30 mil. Incluso un escenario muy catastrófico que podía llegar a 60 mil”.
Tuvo razón quien, al inicio de la pandemia, advirtió que nadie le creyera a López-Gatell. Dos años después, la más respetada publicación médica del mundo, The Lancet, nombró a éste como “el funcionario más irresponsable del mundo, descuidando la evidencia científica y arriesgando vidas innecesariamente”.
Así, la táctica del presidente ante el crimen supera los muertos (169 mil 543 hasta el sábado pasado) de cinco presidentes anteriores:
–Carlos Salinas, 76 mil 767 homicidios
–Con Ernesto Zedillo, 80 mil 671
–Con Vicente Fox, 60 mil 280
–Con Felipe Calderón, 120 mil 463
–Con Enrique Peña, 156 mil 66
Y la de López-Gatell ante el Covid, colocó a México en el primer lugar mundial en muertes con cinco mil 723 por cada millón de habitantes, en la revisión de certificados de defunción oficiales, realizada por The Lancet.
Pero no pasa nada. No son tantos muertos y, además, los muertos no votarán en las elecciones.
Y santo remedio.