Elecciones 2024
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Así como la segunda semana de la campaña presidencial en México tuvo como protagonista a el Bronco y su regreso a la boleta, la tercera se caracterizó por la presencia de “El nuevo aeropuerto de la CDMX” que llegó por varios lados: La conferencia del Ing. Carlos Slim donde pedía no suspenderlo; el tianguis turístico en Mazatlán donde funcionarios y participantes mencionaban que sería un error cancelarlo; la calificadora Moody’s que señaló que la cancelación tendría un efecto negativo en la calificación crediticia del país; muchísimos medios que le dieron portada a alguna de las anteriores declaraciones y por último las posturas de todos los voceros de los candidatos en los debates en medios que insistían en el tema para presionar al representante en turno del candidato puntero López Obrador. Aparentemente las encuestas que seguramente realizaron los equipos de campaña detectaron un punto débil que pueden explotar, o no se entiende tanta insistencia en comunicar al electorado cuál es la posición de AMLO y en que se discutan los efectos que tendría para el país la cancelación de la construcción de ese aeropuerto; el tiempo dirá si les funciona, no es algo que se refleje inmediatamente, así que en las próximas mediciones lo veremos.

López Obrador por su parte no se retractó sino que al contrario le respondió al Ing. Slim, así que seguramente no dará marcha ni en ésta ni en ninguna de sus posturas, recordemos que su posición respecto al aeropuerto ha fluctuado desde “lo cancelaré” hasta “revisaremos si es la mejor opción”, pasando por “revisaré todos los contratos porque seguramente hay corrupción”; esta última posición por cierto es la que han tomado tanto Ricardo Anaya como Margarita Zavala.

Lo que es un hecho es que ya estamos viendo una campaña donde todos los ataques se enfilan hacia quien va de puntero: Meade ya dejó de atacar a Anaya como principal objetivo y viceversa, los dos incluso han hecho ataques similares a AMLO; en el caso de el Bronco y Zavala, siguen sin dar alguna nota discordante o generar algún tema de conversación que incremente su visibilidad, el debate será la oportunidad pero hasta el momento no lo han logrado.

Entonces podemos resumir las estrategias en que AMLO sigue alimentando el sentimiento de inevitabilidad de su triunfo; Anaya planteando los dos cambios posibles, uno bueno y otro malo, mientras ataca a AMLO en todas las propuestas que éste hace; Meade al igual que Anaya, cazando de cada declaración de AMLO los posibles elementos para atacar su congruencia; Margarita sin poder dar la nota y sumándose a los temas del resto en los debates y por último el Bronco sin aparecer y guardándose para sorprender en el debate. Mientras todos están buscando a detalle cada declaración o acto de AMLO buscando los errores y tratando de explotarlos, éste no está comprando agendas de sus opositores; él lleva el ritmo de la campaña, pero también es quien está corriendo los mayores riesgos, aún hay 10 semanas de campaña.

Otra cosa a destacar en la tercera semana es la aparición de encuestas que mostraron que la ventaja de AMLO se ampliaba mientras los demás se estancaron, esto lo menciono porque supongo que aun antes de difundirse, los equipos de cada candidato conocen estos datos y por ende pasaron de la estrategia de “pelear por el segundo lugar” a la de “vamos todos a desgastar al primer lugar”.

Entonces podemos ver que, a pesar de que las campañas de Ricardo Anaya y de José Antonio Meade iniciaron con posturas muy distintas, hoy la estrategia de ellos se ve muy similar, desglosar una a una todas las declaraciones de López Obrador y de cada una de ellas mostrar sus defectos, sus incongruencias o sus errores: que si va a cancelar la reforma educativa (salen padres de familia a defenderla), que si tiene alianza con Elba Esther Gordillo (y salen a atacar su imagen) que si tiene en las listas a Napoleón Gómez Urrutia; que si sus propuestas sociales no son factibles económicamente, que si quiere establecer precios de garantía a productos agrícolas; que si quiere fijar y mantener los precios de la gasolina y el gas, etc; su apuesta es a que ante el aparente blindaje que ha mostrado a todo ataque, el desgaste permanente termine por mermarlo, insistir e insistir hasta generar una debilidad, van contra el tiempo.

Para muchos, entre quienes me cuento, el primer debate a realizarse el próximo 22 de abril será determinante para los adversarios del candidato puntero; ¿podrán sacarlo de sus casillas?, ¿podrán sorprender?, ¿podrán cambiar la conversación de los ciudadanos a partir del día siguiente?, ¿superarán las expectativas que se tiene de ellos? Por lo pronto estas expectativas son altas para Ricardo Anaya y para Jaime Rodríguez, al resto no se les conocen dotes oratorias así que tienen la oportunidad de sorprendernos. El formato del debate es novedoso en México con moderadores con capacidad de encauzar el tema, de hacer preguntas específicas a cada candidato, de re-preguntar cuando sientan que no hubo respuesta, de motivar más participación de un candidato y muchas cosas más, espero que le dé más riqueza y más atractivo a este instrumento de la democracia, el debate político.