México pierde una inversión de 1,600 millones de dólares que generaría 2,400 empleos directos… La diferencia pública de opiniones entre Donald Trump y Ford Motor Company por las inversiones en México comenzó el 10 de julio del año pasado, cuatro semanas después de que el republicano ganara la candidatura de su partido. Seis meses más … Continued
México pierde una inversión de 1,600 millones de dólares que generaría 2,400 empleos directos…
La diferencia pública de opiniones entre Donald Trump y Ford Motor Company por las inversiones en México comenzó el 10 de julio del año pasado, cuatro semanas después de que el republicano ganara la candidatura de su partido. Seis meses más tarde, el diferendo se ha zanjado con un resultado claro: Trump gana, México pierde y Ford sale tablas.
El presidente electo gana credibilidad al conseguir un nuevo estandarte en su batalla por “convencer” a empresas de Estados Unidos que tienen inversiones comprometidas en México para que “reconsideren” sus decisiones. México pierde una inversión de 1,600 millones de dólares que generaría 2,400 empleos directos. Esta pérdida se suma a la cancelación del traslado de una planta de Carrier que implicaba 200 millones y 2,000 empleos. Pueden agregar un tercer proyecto cancelado, también de Ford. Tenía todo listo para anunciar el traslado de una planta de Lincoln desde Kentucky hasta México, pero la historia cambió el 17 de noviembre, luego de una conversación de Donald Trump con William Ford, el vicepresidente de la empresa.
Ford sale tablas porque dejará de ser el villano corporativo favorito del próximo presidente de los Estados Unidos. Podrá dar vuelta a la página a un episodio desagradable y concentrarse en generar valor. El mercado así lo interpreta. Las acciones de Ford en Wall Street ganaron 3% luego de los anuncios.
Ford tenía 5,000 millones de dólares de inversión comprometidos en México. Esto cambiará. “No se equivoquen, Ford es un fabricante global de automóviles pero nuestro hogar está aquí”, dijo en Detroit, Mark Fields, el presidente de la empresa. El máximo ejecutivo de Ford, en una entrevista con CNBC, explicó algunos criterios con los que tomaron la decisión. Se ha reducido la demanda de los autos pequeños en Estados Unidos, dijo en la parte más racional de su argumento. Lo más importante de las respuestas de Mark Fields a CNBC tiene que ver con algo emocional: las expectativas de la política económica de Trump. “Tenemos confianza en que lo que viene será bueno para los negocios”, afirmó el CEO.
Un impuesto a las importaciones que vienen de México elevaría el precio que pagarían los consumidores y perjudicaría el negocio, preguntaron en CNBC a Fields. Él contestó que se trata de ver cómo se balancean todos los factores: los incentivos fiscales, la desregulación y la política comercial. Los números pueden ser favorables para Ford y para los consumidores, explica.
¿Qué lecciones hay para México? La película de terror se empieza a parecer a los cortos, podemos decir, aprovechando la imagen del gobernador Carstens. Donald Trump mantendrá la presión para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con la intención de imponer una agenda proteccionista. Tendrá como aliados a los sindicatos. Sorprendentemente, las corporaciones empiezan a alinearse a su mensaje nacionalista. El discurso de Ford se parece al de Carrier. ¿Cuántos vienen detrás?
Trump está prometiendo reducción de impuestos y desregulación, además de redefinición de la política comercial. Ésa será su política económica. El Gobierno de México debe alistar su equipo renegociador del TLCAN, pero también preparase para bajar impuestos y desregular. ¿Hay alguien en el Gobierno tomando nota de la Trumponomics?… ¿estarán esperando a que el tráiler de la película nos pase por encima?