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A partir de hoy, la atención del mundo financiero estará concentrada en el Symposium Anual de política monetaria organizado por la Fed en Jackson Hole, Wyoming. Este evento, reúne a las cabezas de bancos centrales, ministros de finanzas, académicos y analistas de más de 40 países. A diferencia de otros años, la reunión no ha generado grandes expectativas en cuanto a anuncios sobre acciones de política monetaria.

En años anteriores, el Symposium de Jackson Hole sirvió como foro para discutir y presentar acciones no convencionales de política monetaria por parte de los principales bancos centrales.

Vale la pena recordar cómo en el 2010 el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció en Jackson Hole que la Fed estaba dispuesta ampliar la implementación de medidas no convencionales para estimular la economía en caso de ser necesario como preámbulo al QE2. Pocos días después del Symposium del 2012, la Fed comenzó con la tercera ampliación del programa de inyecciones de liquidez, el QE3.

El contexto en esta ocasión es considerablemente diferente. Por primera vez desde el 2007, la economía global se encuentra en un periodo de recuperación coordinada y la atención de los mercados estará centrada en buscar señales sobre los procesos de normalización de la política monetaria de los principales bancos centrales del mundo. Por un lado, está la Fed cuyo proceso de normalización gradual comenzó hace un par de años y por otro lado están el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón que aún no tienen claro cuándo y cómo comenzarán a retirar los estímulos.

El mercado tiene prácticamente descontado que la Fed no se desviará de su reciente discurso que indica el posible comienzo de la reducción de su balance después de la reunión de política monetaria de septiembre y una posible alza en la tasa de referencia hacia finales del año que depende de la dinámica inflacionaria y el comportamiento de la economía y los mercados ante el inminente comienzo del retiro de liquidez.

La Fed está consciente de que sigue sin alcanzar su objetivo de inflación y que bajo esta óptica sería difícil justificar aumentos en la tasa de interés. Sin embargo, también está consciente de que las valuaciones de varias clases de activos podrían estar entrando en territorio de burbuja.

Dado que la última gran crisis se precipitó después de un periodo de exuberancia en los mercados, el discurso de Janet Yellen sobre la estabilidad financiera, previsto para mañana, será seguido muy de cerca por los especialistas.

Otra intervención esperada es la del gobernador del BCE, Mario Draghi. Lo más probable es que Draghi comience por reconocer que la economía europea está creciendo a un ritmo mejor a lo esperado. Asimismo, Draghi probablemente enfatizará que la recuperación europea se está dando de manera amplia y sustentable. En este sentido, probablemente destacará el papel fundamental que ha jugado el BCE para estabilizar el sistema financiero y bancario europeo, condición sin la cual estaríamos hablando de una catástrofe económica en la zona en lugar de una recuperación lenta, pero saludable.

Dada la función crítica que ha jugado el BCE en la recuperación europea, es muy poco probable que Draghi utilice este foro para dar señales concretas sobre un posible cambio en la postura monetaria del BCE encaminada a retirar los estímulos monetarios.

Lo más probable es que Draghi limite sus intervenciones para reiterar lo que se ha dicho hasta ahora: que el BCE mantendrá una postura flexible y que comenzará a retirar los estímulos de manera muy gradual cuando, a su juicio, exista suficiente evidencia de que la economía europea ha entrado a una fase de consolidación.