Elecciones 2024
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El actual presidente se despide con una mancha en el expediente: condecorar con el Águila Azteca a un asesor de Trump, cuyo único cartel, si lo fuese, es ser yerno del presidente estadounidense y… del presidente estadounidense más hostil hacia los mexicanos en la historia.

¿Por encima de qué consideraciones políticas, patrióticas y personales pasó el aún mandatario para cargar con el fardo de distinguir a Jared Kushner con la orden más importante que otorga México a los extranjeros por servicios prominentes a nuestra nación?

Tienen que ser insalvables consideraciones políticas, patrióticas y personales, eh. Porque galardona al asesor del inquilino de la Casa Blanca que ha dicho de los mexicanos lo siguiente:

  • “Tenemos que sacar de Estados Unidos a los bad hombres mexicanos”.
  • “México nos manda gente con un montón de problemas, que traen drogas, crimen, enfermedades y son violadores”.
  • “Los mexicanos están listos para atacarnos”.
  • “Los mexicanos nos están matando en la frontera”.
  • “Construiré un muro y haré que México lo pague”.
  • “Estados Unidos está pagando el precio del escape de El Chapo”.
  • “Nuestros empleos se van a México”.
  • “México está acostumbrado a arrebatarnos lo nuestro más que ningún otro país”.

Además, la visita de Trump a Los Pinos en el otoño de 2016 provocó la crisis política más fuerte del presidente en su sexenio, al extremo de que debió destituir a su secretario de Estado más importante y la persona de todas sus confianzas, el entonces titular de Hacienda, Luis Videgaray.

Sí, Jared Kushner, amigo de Videgaray, fue un puente importante para el entendimiento con Trump entre la saliente administración y, con toda seguridad, para la entrante que, por su corriente de pensamiento anticapitalista, populista y filosocialista carecía de vínculos con el “imperio”.

Pero Jared Kushner no puede haber realizado ninguna acción que borre ante la opinión de la sociedad mexicana las ofensas de su jefe y suegro. Quizá lo hizo en privado, y con éxito, para destrabar las negociaciones del TLC. Sin embargo, no merece por ello nuestra distinción más alta.

Sin contar que Trump fue el coco del presidente: un par de horas después de verlo aquí, dijo allá que: “México no lo sabe, pero pagará el muro”. Y, todavía en el verano pasado, declaró que se entendía mejor con el ganador de las pasadas elecciones que con “el capitalista Peña Nieto”.

Peor: la visita de Trump casi parte su gabinete, con la oposición a esta del secretario de Gobernación, Miguel Osorio, y la presentación de la renuncia de la canciller Claudia Ruiz, por haber sido excluida de la intríngulis del encuentro.

Mala decisión del presidente y un ajobo…

Con el que no tendría por qué cargar.