Elecciones 2024
Elecciones 2024

Hace apenas unas semanas parecía que el PRD se desfondaría después de las elecciones de este año. Hoy, se alza como uno de los jugadores más relevantes de cara al 2018. De hecho, si persiste la fragmentación de las preferencias reflejadas en las encuestas, el PRD podría ser el partido que defina la próxima elección presidencial.

Después de los comicios de junio, en este espacio argumenté que la estrategia aliancista del PRD no solo lo había dejado con vida y discurso, sino que lo había proyectado con fuerza hacia la sucesión presidencial. Las tres victorias obtenidas en alianza con el PAN evidenciaron la efectividad de esta fórmula. La posibilidad de replicarla en el 2018 revaloraba al PRD.

Los careos entre punteros, según la más reciente encuesta de Buendía y Laredo, dibujan una contienda cerrada entre los candidatos de PAN, PRI y Morena. En ese escenario, las preferencias para el aspirante del PRD, si bien están en un segundo nivel, podrían ser decisivas para el PAN o Morena. Por la cercanía ideológica y el electorado común, una alianza de izquierda podría ser aún más efectiva que una con el PAN.

De ahí la importancia de la señal que Andrés Manuel López Obrador envió al PRD la semana pasada en la entrevista con Ciro Gómez Leyva. Dijo estar dispuesto a analizar una alianza con ese partido siempre y cuando los perredistas marquen una “sana distancia” con el régimen. Es un guiño que abre otra alternativa de alianza al PRD.

Al asumir la presidencia del PRD, Alejandra Barrales se pronunció a favor de las alianzas con todas las fuerzas políticas, con excepción del PRI. En sintonía con López Obrador, la nueva dirigente perredista ha dicho que su partido debe recuperar el papel de opositor. Y algunas corrientes internas, como la de Miguel Barbosa y la de René Bejarano, ya sugirieron un frente amplio de izquierda con Morena.

El PRD se revalora. Ya no está a expensas de lo que el PAN le ofrezca en una alianza. La otra opción para el PRD era ir solo, lo que potencialmente representaba una amenaza mayor para Morena que para el PAN. Esta situación que debilitaba al PRD ha dado un vuelco con la posibilidad que ahora se le abre de aliarse con Morena.

Contra el vaticinio de muchos, el PRD no murió. Lejos de eso, la sucesión de eventos postelectorales lo ha fortalecido de manera inesperada. Contemplamos hoy un PRD recargado.