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¿Cómo explicar la fortaleza del peso? La divisa mexicana cerró en 18.98 por dólar. En lo que va del 2019, el tipo de cambio ha ganado más de 60 centavos frente al dólar, 3.3%, y alrededor de 7%, desde el día en que AMLO tomó posesión. Esto es alrededor de 1.40 pesos.

El peso gana terreno frente al dólar porque se han alineado los planetas para que esto ocurra. En primer lugar hay un factor externo: el dólar estadounidense se ha debilitado, frente a una canasta de otras monedas de países emergentes, como México, Brasil o Turquía y también frente a divisas duras, como el yen y el euro. Esta debilidad del dólar se explica en buena medida porque la Reserva Federal ha mandado señales de que no subirá tasas de interés.

Lo externo se ha combinado con factores internos para colocar al peso en un nivel similar al que tenía antes del anuncio de la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. El hecho más relevante es la aprobación del presupuesto de egresos del 2019. Este documento expresa el compromiso del nuevo gobierno de mantener finanzas públicas equilibradas, donde los gastos no superarán los ingresos. Todos sabemos que este presupuesto no es perfecto, pero eso no importa. Para fines prácticos, lo más importante es que logró convencer a los mercados.

Hay un antes y un después de la presentación del presupuesto. En los primeros 15 días del gobierno de López Obrador se registró una salida de 1,145 millones de dólares. Desde la segunda quincena de diciembre, el flujo se revirtió. En vez de salida de recursos, se registra una llegada de dólares desde el extranjero. Entre el 14 de diciembre del 2018 y el 4 de enero del 2019 se incrementó en el equivalente a 3,227 millones de dólares la tenencia de valores del gobierno, por parte de los inversionistas extranjeros.

¿Efecto AMLO-Urzúa? Más de uno podría llamarlo así, pero también podríamos hablar de efecto Banxico. Los dólares llegan a México atraídos por las altas tasas de interés que ofrece el banco central. Se dirigen principalmente a instrumentos de renta fija, como los Cetes que ofrecen un rendimiento que es de más de 3 puntos porcentuales, por encima de la inflación. Nada despreciables en momentos en que las bolsas de valores de Nueva York producen rendimiento negativo.

La entrada masiva de recursos coincide con una reducción del riesgo país, que se produce también a partir de la segunda quincena de diciembre. El 4 de diciembre del año pasado, el riesgo país de México estaba en 240 puntos y ahora está en 215. A manera de comparación, en Argentina es 697; Brasil, 271; Uruguay, 207, y Perú, 141.

Peso fuerte, entrada de capitales, riesgo país a la baja… ¿podemos empezar a celebrar? De ninguna manera, lo que está ocurriendo en los mercados son buenas noticias, pero representan apenas un par de fotogramas dentro de una película. Los mercados financieros son parte de la economía, pero no son la economía. El 2019 será un año muy complicado. Obligará a cumplir la promesa de disciplina fiscal y trabajar duro. El entorno internacional está lleno de nubes negras y en México estamos viviendo el primer año de un gobierno que está cambiando las reglas del juego. ¿Podremos crecer más de 2%, tener inflación bajo control y lograr una convivencia constructiva entre política y economía? Por si las dudas, no pierdan de vista el riesgo Pemex.