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¡Hola de nuevo!

¿Sabes cuánto ganas? Te lo pregunto porque normalmente las personas creemos saber cuánto ganamos. La quincena es lo que más estamos esperando, mucho más que otra cosa en la vida. Pero cuando digo que creemos saber cuánto ganamos es justo por eso, porque solo creemos saber, pero no lo sabemos de cierto. ¿Cómo puede ser eso?

Hoy te tengo unas preguntitas para tratar de ubicar qué tanto sabes de tu dinero. Además de algunas ideas prácticas y tips para ir organizando tu cartera.

¿Cómo tratas a una de las herramientas más valiosas que podemos tener las personas?

En una colaboración anterior, hablamos de la importancia de las finanzas personales. Como hemos dicho antes, el dinero es una herramienta y tenemos una relación con él desde antes de nacer y hasta después de morir. Si no me crees pregúntale a tus papás cuánto gastaron en ti antes de que nacieras y luego, si has tenido cerca un familiar que haya muerto, sabrás que todavía quedan gastos de sepelio y otros dineros por pagar aquí y allá o heredar todos los bienes.

Nuestra vida está unida al dinero, así que lo aprendemos a manejar, o siempre será una preocupación y un dolor de cabeza. El uso del dinero tiene sus triquiñuelas.

Empecemos por el principio.

¿Cuánto ganas?

Las personas pensamos que lo que se deposita en nuestra cuenta de nómina es todo lo que ganamos y, si es una buena parte, pero no es todo. Para empezar, ese es tu sueldo neto. Tu sueldo bruto (que es lo que en realidad ganas) es mucho mayor, pero tiene unos descuentos, como el pago del impuesto sobre la renta, cajas y fondos de ahorros (ahorros obligatorios) cuota del IMSS, del Infonavit, etc. Todo ese dinero que se descuenta lo ganas tú. Es tuyo.

Todo ese dinero no lo consideramos y lo damos por perdido, ¡pero ojo! Es nuestro dinero y para nada está perdido.

Una parte de ese dinero “perdido” no lo estamos perdiendo en realidad. Nos obligan a mandarlo a nuestra Afore. Ese dinero en la Afore es nuestro dinero, aunque no lo podamos usar inmediatamente.

Por otro lado, la parte de tu dinero que se paga en impuestos, seas empleado o profesionista independiente, puedes recuperarla, en parte, al solicitar tu devolución de impuestos. Hay cosas que como personas necesitamos gastar y que podemos hacer deducibles, como los seguros de gastos médicos, gastos médicos en general, algunos planes de ahorro, entre otras cosas. Ya iremos profundizando en todos estos temas.

Ahora, ¿tu quincena es lo único que ganas?

Si tienes algún ahorro, los intereses también están entrando en tu bolsillo. Los intereses de tu afore, también.

Si eres un poco inquieto seguro tienes alguna otra fuente de ingreso que no estás considerando. Si te gusta la lotería y alguna vez has ganado, ese también es un ingreso.

¿Te han regalado dinero por alguna razón? ¿Has heredado de alguien?
A veces no alcanzamos a ver que tenemos otros pequeños ingresos y ni los contemplamos.

TIP: Si tu quincena es lo único que ganas, te sugiero vayas buscando diversificar tu ingreso. Que el río se nutra de varios arroyos, no de una sola tubería.

La segunda pregunta es donde la marrana tuerce el rabo.

¿Cuánto gastas?

En este punto se pone peor. Nadie sabe bien a bien cuánto gasta. La neta es que no tenemos ni idea. Si alguien nos pregunta cuánto cuesta el kilo de tortillas seguro responderíamos: no como tortillas.

Tenemos una vaga idea de lo que pagamos de servicios o lo que gastamos en el súper, pero no lo sabemos exactamente.

Sabemos que mes con mes pagamos la tarjeta, pero cuando abrimos el estado de cuenta hasta se nos va el aire de todo lo que pagamos sin darnos cuenta.

Los que tenemos mascota, ¿sabemos cuánto nos cuesta mantenerla? ¿Cuánto cuesta el servicio de tu coche? ¿Cuál es el costo de mantenimiento de tu casa? Y como eso, mil otros detalles.

Vamos por la vida haciendo cuentas mentales. A veces apegadas a la realidad y otras muy muy lejos de la misma. Ahí es donde sufre la cartera y en lugar de tener al dinero de nuestro lado, lo tenemos como un ancla y lo vamos arrastrando.

Los economistas tienen un término bien bonito que se llama restricción presupuestal. Es un gran tema de microeconomía y se refiere al supuesto de que el ingreso con el que cuentan los individuos para satisfacer sus necesidades y deseos es limitado.

Lo que es maquiavélico aquí es que los bancos, con las tarjetas de crédito, nos han hecho creer que no hay tal restricción. Y nos metemos en camisa de once varas comprando con tarjeta para luego darnos cuenta de que se nos pasó la mano o que el cúmulo de meses sin intereses ya desbordó nuestra capacidad de endeudamiento. Por lo que nuestro ingreso ya está comprometido incluso antes de ganarlo.

¿Les ha pasado?

A todos nos pasa, no es para cortarse las venas pero si es para aprender y tener más cuidado en cómo usar nuestro dinero. Porque no está lindo estar trabajando para nuestro jefe y a demás para los bancos.

La única manera de vivir tranquilos con nuestro dinero es organizándolo. Sabiendo cuánto gano y cuánto gasto. Esto es lo más básico pero la piedra angular de las finanzas personales.

TIP: Haz un presupuesto. Es una gran manera de ir ordenando tu dinero. Puedes pedirme por correo electrónico una plantilla para organizar tu presupuesto. Con gusto te la envío de forma gratuita.

Una vez que eso está avanzado y sabemos dónde estamos, nos podemos hacer otras preguntas más interesantes como: ¿Me afecta la inflación? ¿Por qué no soy sujeto de crédito? ¿Qué cosa tan rara es esa del Buró? Y muchas otras que irán surgiendo por el camino. Si tienes alguna otra, también me la puedes ir mandando.

¿Quieres saber la mejor parte?
Que si ordenas tu ingreso que es lo que ganas y tu egreso que es lo que gastas, podrás ir desenmarañando el quid de las finanzas personales. Es lo más básico y eso le beneficia a tu cartera y a los que tienes cerca de ti también.

No dejes de enviarme tus dudas, preguntas e intereses a [email protected]. También podemos seguir esta conversación por las redes sociales. Aquí hay una oreja y una compañera para viajar al fascinante mundo de las finanzas personales.