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¿Por qué Pemex le dio un papel protagónico a Carlos Romero Deschamps en la presentación de su plan de negocios? El líder del sindicato petrolero fue una de las cuatro personas en el presídium y uno de los tres oradores.

Se entiende la necesidad de un acuerdo entre la empresa y el sindicato, pero cuesta trabajo procesar el protagonismo de ese caballero en el contexto de la presentación del plan de transformación de la empresa.

La forma es fondo: había un dinosaurio en el escenario. Esto propiciaba un choque entre las palabras de González Anaya que prometía una nueva era para Pemex y la presencia de Romero Deschamps, con todo lo que implica su historia. Ha dado votos al PRI; control de los trabajadores sindicalizados de la industria petrolera y fue un factor de estabilidad en la reforma energética. A cambio, ha recibido múltiples beneficios y ha sido un obstáculo para colocar en primer plano de la agenda de Pemex la productividad, la transparencia y el combate a la corrupción.

La presencia protagónica de Romero Deschamps fue una de las pocas cosas que se puede reprochar a la presentación del plan de negocios 2016-2021 de Pemex. No es un asunto menor. Uno tiene derecho a preguntar: ¿va en serio la modernización, si hay tantas pleitesías para el líder sindical? ¿Esa presencia inhibió que se hablara en este acto del reto del combate a la corrupción en la petrolera?

No quiero dejar la cámara en Romero Deschamps. Después de todo, lo más importante es el plan de negocios. Éste señala una ruta muy clara: el futuro de Pemex está en la asociación con otras empresas, en todos los rubros donde opera. En asociación acometerá la exploración y explotación de las aguas profundas y algunos de los proyectos de aguas someras; la transformación de las refinerías y el relanzamiento de las empresas de logística y comercialización. Las asociaciones, también conocidas como farmouts, permitirán acceder a capital y tecnología, además de compartir los altos riesgos que implica un negocio como el petrolero.

El mensaje de González Anaya correspondió a su reputación como tecnócrata brillante. En pocas cifras construyó un retrato de la petrolera que genera tanto orgullo como preocupación. Impresiona saber que la producción de Pemex es mayor al PIB de 144 países; que esta empresa es el octavo productor de crudo del mundo y una de las cinco mayores compañías de logística del orbe. ¿Sabían que el mercado mexicano de gasolina es el sexto del mundo?

El plan de negocios enfatiza que Pemex tendrá como prioridad la búsqueda de rentabilidad. La empresa dejará de presentar pérdidas entre el 2019 y el 2020. El peor año será el 2017, en términos de producción de petróleo. A partir del 2018 comenzará una pequeña recuperación, donde las farmouts aportarán hasta 15% del total producido. La deuda consolidada de Pemex alcanzará máximos de casi 2 billones de pesos en el 2020 y luego empezará a bajar. González Anaya promete control del gasto. Explicó que en menos de un año han logrado una reducción del gasto que supera el compromiso de 29,000 millones de pesos.

La ruta definida por González Anaya es transexenal. Tiene como años clave el 2018 y el 2019, porque ahí se daría la vuelta a los números rojos. Es el último año de esta administración y el primero de la próxima. ¿Podrá Pemex aguantar los oleajes políticos? ¿Cuánto tiempo seguirá cargando a Romero Deschamps?

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