Políticos en éxtasis. Así podría llamarse el capítulo vivido ayer en Palacio Nacional y su posterior cadena nacional, para la promulgación de la ley energética ya completa y vigente a partir de hoy. Y no es para menos. Lo que ayer culminó con la firma presidencial fue parte de un proceso complejo de una intensa … Continued
Políticos en éxtasis. Así podría llamarse el capítulo vivido ayer en Palacio Nacional y su posterior cadena nacional, para la promulgación de la ley energética ya completa y vigente a partir de hoy.
Y no es para menos. Lo que ayer culminó con la firma presidencial fue parte de un proceso complejo de una intensa negociación política que al final rompió con décadas de una parálisis que le costó muy caro al país.
No hay duda de que Enrique Peña Nieto y su gobierno tuvieron un enorme éxito político y que tendrán una muy buena cosecha económica hacia finales del gobierno. Pero hoy amanece el país con el terreno fértil para nuevas luchas políticas.
No será el final del tema energético, por supuesto. Los opositores de la izquierda eligieron la reforma energética como su bandera y serán capaces de todo, con la estrategia más visible de lo que llaman consulta popular.
Los más histéricos dicen que cualquier opinión favorable a la reforma energética es una conciencia comprada y que sólo sus gritos estridentes y chillones son lo democrático y legítimo.
Hoy inicia una nueva fase de este sexenio. No hubo que esperar al informe de gobierno, tampoco al segundo aniversario el primero de diciembre. A partir de hoy empieza una presión adicional en el gobierno federal por la implementación de las reformas aprobadas, al tiempo que viene el cobro de las facturas acumuladas por estos cambios.
De todo el paquete de reformas aprobadas, la que más quedó a deber por mucho fue el de la llamada reforma fiscal. Ésa que sí contó con el aval de una parte del perredismo, es un cambio inacabado y hasta estorboso para muchas actividades productivas.
Está claro que desde el gobierno federal la reforma fiscal es cuidada como una de las joyas de la corona, tanto que hasta un pacto unilateral de no modificación le hicieron.
Pero los partidos políticos, todos, piensan diferente. Y realmente son todos porque dentro del priísmo hay legisladores que no están conformes y muestran hasta temores electorales como consecuencia de las disposiciones fiscales vigentes.
Hay pues una oportunidad y un peligro en ese terreno. La posibilidad de corregir excesos cometidos en el nombre de la equidad fiscal y el riesgo de echar para atrás medidas que sí eran necesarias como la homologación del IVA o, incluso, poner en peligro los márgenes de recaudación.
Inicia pues la segunda temporada del gobierno de Peña Nieto con la presión de la economía funcionando a un ritmo inferior al esperado, en parte por la política fiscal vigente.
En menos de un mes inicia formalmente la discusión del paquete económico del próximo año, con todo y la facultad de discutir y aprobar una miscelánea fiscal propuesta por el gobierno federal o por los propios legisladores.
En esta nueva temporada de gobierno, un capítulo destacado serán las elecciones del próximo año y todos trabajarán para lograr la mejor posición que se pueda. El gobierno y su partido presumiendo sus cambios, el panismo asumiendo como propios los principios de las reformas aprobadas y el perredismo y otras izquierdas reprochando todo lo que se ha hecho hasta hoy.