Elecciones 2024
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El próximo gobierno desenganchará el poder económico del poder político. Lo hará, como hará todo lo que ha prometido, desde cambiar el voto directo y secreto por consultas públicas, hasta estatizar la economía.

A partir del sábado, México será administrado por el gobierno más poderoso en una democracia de América Latina (desde que Hugo Chávez arrasó en Venezuela en 1998), con el presidente más votado de su historia, partido casi único y organismos autónomos y ONG’s sin músculo.

Aunque para que realice sus propósitos, tiene que producirse la lucha de contrarios de dialéctica materialista que estamos viviendo:

  1. Nuevo gobierno cancela el NAIM / Mercados tiran las bolsas y al peso.
  2. Nuevo gobierno intenta quitar comisiones a los bancos / Mercados tiran las bolsas y al peso.
  3. Nuevo gobierno hace consulta del Tren Maya / Mercados tiran las bolsas y al peso.

A cinco días del cambio de gobierno, la Bolsa Mexicana cayó ayer a su nivel más bajo en cinco años, el dólar rebasó los 21 pesos y las empresas más dañadas fueron de las más usadas por la población: el banco Banorte, la cadena de tiendas Liverpool y la de supermercados Soriana.

El desplome se debió a las inquietudes que generan en los mercados temas que no acabarán mañana: crisis de migrantes en la frontera con Estados Unidos, las políticas que pueda seguir el próximo presidente y la realización de consultas populares para decidir asuntos de Estado.

Ayer, el equipo económico entrante buscó calmar a los mercados, como antes lo había intentado su jefe, primero, prometiendo no tocar las comisiones de los bancos en tres años; después, nombrando un equipo de grandes empresarios como asesores.

Sin embargo, el mensaje tranquilizador del entrante secretario de Hacienda fue una perogrullada: nuestra economía es sólida. Ah, pues eso lo saben los mercados y por eso es que están preocupados: porque con cada anuncio, el nuevo gobierno se carga un poco a esa economía sólida.

Claro que los mercados saben que el gobierno que se despide deja al que llega, el pico más alto de la historia en inversión extranjera (192 mil millones de dólares), reservas por 180 mil millones de dólares, inversiones en petróleo por 200 mil millones de dólares…

El asunto es que el nuevo régimen sí desenganchará el poder económico del poder político, que precisamente es el esquema que dio a la economía mexicana la solidez que le presumió ayer el próximo secretario de Hacienda a los mercados: una economía de 1.1 billón de dólares al año.

Pero… mala noticia: la economía de mercado es ajena al estatismo, como la democracia a las consultas populares a modo. Y eso es lo que viene: populismo seco.

No. Nunca habrá cuadratura al círculo.