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Ha comenzado a circular un libro que los políticos mexicanos dirán que no conocen, pero que leerán a escondidas: Señores, a vestir bien, de Lorenzo Silva Chacón.

Se trata de una suerte de manual ilustrado sobre los “13 principios Silva de la elegancia”, que tienen que ver con los trajes, camisas, corbatas, combinaciones, botones, marcas, sencillez, mal y buen gusto. Y que parte de la conseja: el bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza y el elegante se viste.

La sugerencia básica del autor, en especial para los hombres de poder, es que “de las tres prendas, saco, camisa y corbata, solamente una debe ser estampada y las otras dos totalmente lisas”. Es decir, saco a rayas, sólo con camisa y corbata lisas; corbata rayada, sólo con camisa y saco lisos, etcétera.

Hay un apartado sobre los hombres poderosos que visten mal. Silva Chacón es cuidadoso en las páginas del libro, no tanto en la conversación.

—Ejemplos, don Lorenzo.

—Los líderes de los partidos políticos. César Camacho viste mal con mucha frecuencia. Carlos Navarrete, ni se diga. O Gustavo Madero. No se dejan ayudar, somos muy soberbios. No regalan ni 10 minutos de humildad para platicar.

Ejemplos de políticos que visten bien serían Manlio Fabio Beltrones, Javier Duarte, Eruviel Ávila, Enrique Martínez y Martínez, Marco Antonio Bernal.

—¿Quién más?

—Los secretarios Osorio y Videgaray visten siempre muy bien, respetan los principios, pero no los menciono en el libro para no meterme en futurismo—responde serio.

—¿El presidente Peña Nieto?

—Desde el presidente Díaz Ordaz, no hemos tenido un Presidente que vista como estadista. En muchas ocasiones no he visto bien vestido al presidente Peña Nieto. Y por respeto a la investidura, invariablemente debe vestir bien.

—¿Qué falla?

—Utiliza corbatas muy anchas que no le quedan a personajes de baja estatura. Debería usar corbatas un poco más angostas. Viste con mucha frecuencia rayas con rayas. En ocasiones, sacos muy holgados o pantalones muy cortos. Muchos expertos en sastrería lo ven mal. Antes en Los Pinos había un departamento de vestimenta de los presidentes que les enseñaba a vestir bien, les enseñaba la norma de la elegancia. Pero desapareció.

Libro divertido. Rico en frases como esta: “José López Portillo, con sus suéteres de cuello de tortuga, parecía semental de la Zona Rosa; Salinas hacía esfuerzos por vestir bien. Zedillo, Fox y Calderón, ni han sido estadistas ni han sabido vestir como tales”.

MENOS DE 140. Debió mediar Gobernación para que la dirección y el sindicato de Pemex se sentaran a negociar. La huelga puede estallar la próxima semana.

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