Elecciones 2024
Elecciones 2024

Es la primera vez en tres décadas que el gobierno mexicano plantea una estrategia no ortodoxa frente a un escenario internacional negativo.

El paquete económico 2016 es heterodoxo y rebosa optimismo. Para enfrentar un año que se anticipa lleno de dificultades, Hacienda ofrece incentivos a la inversión y el ahorro, además de una cuota de innovación financiera.

El optimismo está en los pronósticos económicos para el 2016 que presenta Hacienda, pero no se queda en los números proyectados del PIB, tipo de cambio e inflación. El Ejecutivo federal confía en su propia capacidad para reactivar la actividad económica interna. Apuesta por la política económica nacional como antídoto que puede contrarrestar los males que vendrán del exterior: desaceleración de China, baja en el precio del petróleo, guerra de divisas y alza en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Es la primera vez en tres décadas que el gobierno mexicano plantea una estrategia no ortodoxa frente a un escenario internacional negativo. En el sexenio de Zedillo se vivió la caída de los precios del petróleo hasta los 7 dólares por barril. A mediados de la administración calderonista estalló la crisis mundial. En ambos casos, la respuesta principal fueron los recortes del gasto público, acompañados de una gestión macroeconómica muy conservadora.

En la propuesta que presentó Luis Videgaray están los principales compromisos asumidos por el presidente Peña Nieto. No hay nuevos impuestos, ni modificación al IVA en alimentos y medicinas. Hay una reducción del gasto público total, en línea con la anunciada desde marzo. Son 221,000 millones, equivalentes a 4.7% del presupuesto total.

En el manejo financiero encontramos algunas novedades interesantes. La creación de una subcuenta que funcionará como complemento de las coberturas petroleras y el uso de los remanentes del Banco de México para reducir los requerimientos financieros del gobierno fueron 31,500 millones de pesos en el 2015. Éstas se suman a las anunciadas la semana pasada por el presidente: los bonos para infraestructura educativa y los fibras para inversión energética.

Sorprende el planteamiento de vincular el precio de las gasolinas que se venden en México con los precios internacionales. Es sorprendente porque la reforma energética tenía prevista esta medida para dentro de dos años. Falta por conocer los detalles de esto para saber el impacto en el erario y en el bolsillo de los consumidores. Sólo hay que tener en mente que el diferencial del precio de las gasolinas entre México y Estados Unidos es de 40 a 50%, esto significa una gran fuente de ingresos para el gobierno mexicano.

En algún sentido, el paquete es un mensaje de reconciliación con el sector privado. Éste venía pidiendo un paquete de estímulos a la inversión que atenuara los efectos de la reforma fiscal. ¿Serán suficientes los estímulos anunciados para activar la inversión? Ésta es una de las cuestiones más importantes que se derivan de la propuesta del gobierno para el 2016. La otra es: ¿podrá el gobierno hacer más con menos? El año próximo plantea retos gigantescos, por el adverso entorno internacional y por el enrarecimiento del clima interno. La implementación de las reformas contará con menos recursos y con una opinión pública más exigente. Lo único que parece claro es que el gobierno se presenta optimista ante el 2016. Más nos vale que tenga razón.