Insensata, necia y paranoide politización de todo lo que resiente, incluidos el Centro Pro de Derechos Humanos, la Corte “alcahueta”, las autonomías, el periodismo, el conocimiento y la canija transparencia
De no ser porque López Obrador abordó el asunto para ensalzar a su correligionario Américo Villarreal y afirmar que la violencia en Tamaulipas responde a una conspiración política, la sangrienta inseguridad que priva en ese estado no habría sido tocada en la mañanera de ayer, pese a que los martes de cada 15 días están dedicados a la criminalidad con el fraudulento nombre Impunidad Cero.
En sus informes de la última semana y la actuación de las autoridades contra la delincuencia, ni el ex comandante de la Guardia Nacional y actual subsecretario de Seguridad, general Luis Rodríguez Bucio, ni los titulares de la Marina Armada y el Ejército, mencionaron los bloqueos que han puesto de cabeza la entidad, pero fue hasta después de que AMLO se refiriera al problema que el divisionario Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa, dijo:
“Salió en las noticias que había 16 bloqueos en el área de San Fernando. Ya no hay ningún bloqueo. Sí existieron algunos, pero no hay agresiones. Una persona fue atacada a la salida de Reynosa hacia Río Bravo, es la única agresión que se tiene registrada (…). El gobernador ha estado en coordinación (…). Hoy inició una operación”. Y enlistó los elementos humanos y materiales destinados a la misma, con 710 elementos de la Fuerza de Tarea regional de la cuarta Región Militar.
“El área en donde van a estar trabajando es: Matamoros, San Fernando, Cruillas, Burgos, Méndez, Soto La Marina, Jiménez”, dijo, lo que da cierta idea de la magnitud del trance tamaulipeco que estaba siendo soslayado.
AMLO había dicho que el gobernador Villarreal “es una gente de primer orden (…), una muy buena persona, un hombre honesto, con principios, muy distinto a lo que lamentablemente ha padecido Tamaulipas”, y lo equiparó en sus ilusorias virtudes con el impresentable y bravucón que gobierna Veracruz.
“En el caso de Tamaulipas –añadió– yo tengo mucha confianza. Y he estado viendo últimamente que se le están lanzando (a Villarreal), estoy fildeando a los opositores, mañosos (…). Desde antier (sábado) está lo de Tamaulipas, pero no antier, ya lleva como unos 15 días que están manejando mucho el que hay inestabilidad; que ya regresó la violencia (…). Me empezó a llamar la atención porque pues de allá era el de la frase famosa ‘¿Y de parte de quién?’ En política, cuando suceden cosas así, atípicas, siempre la pregunta es: ¿y de parte de quién? –Es como cuando quieres saber sobre quién cometió el delito, cuál es el móvil del crimen, y se recomienda: síguele la pista al dinero–. Entonces a ver, ‘¿de parte de quién?’, era la frase del Meme Garza.
“¿Qué es lo que estoy yo percibiendo? Que pues hay una lanzada política en contra del gobernador Américo Villarreal…”.
Y nada de los narcobloqueos.
El Presidente sigue viendo moros con tranchetes.
Insensata, necia y paranoide politización de todo lo que resiente, incluidos el Centro Pro de Derechos Humanos, la Corte “alcahueta”, las autonomías, el periodismo, el conocimiento y la canija transparencia…