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Hace un mes que la organización terrorista palestina Hamás, atacó Israel por “aire, tierra y mar, en una acometida altamente sofisticada, que seguramente les llevó meses planificarla” , en opinión del historiador e investigador Ian Parmeter, del Centro de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Nacional de Australia.

El embate de Hamás contra Israel se produjo un día después de que se cumplieran 50 años del ataque sorpresa contra esa misma nación por parte de Siria y Egipto, que dio inicio a la guerra en Oriente Medio conocida como Yom Kipur (1973). Además, la agresión del grupo terrorista coincidió con la festividad llamada Simjat Torah que se celebra la finalizar el Sucot, festividad judía que dura una semana equivalente a la Navidad cristiana. Razón ésta por la que “muchos israelís estaban distraídos y relajados; el ejército estaba mucho más concentrado en las dificultades en Cisjordania y le tomó tiempo trasladar a su personal al sur del país para defender a las poblaciones que estaban siendo atacadas”, según consideró el historiador Parmeter.

El inesperado ataque causó decenas de muertos, heridos y rehenes secuestrados, durante el primer día. Horas después, Israel contraataco con una embestida aérea contra Gaza. Las fuerzas navales reportaron que habían matado a decenas de militantes palestinos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu declaró que su país estaba en guerra porque lo acontecido superaba una simple operación terrorista. El presidente palestino, Mahmud Deif, anunció el inicio de operaciones y llamó a los palestinos de todo el mundo a luchar: “Este es el día de mayor batalla para acabar con la última ocupación de la Tierra”. Esto desató el conflicto bélico —Israel contra la franja de Gaza— más sanguinario y cruel de los 55 que ha habido, sea por insurgencia, ocupación territorial o intereses de las potencias, en el planeta durante el siglo XXI.

Al inicio de esta semana, los dirigentes de las agencias de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) hicieron un llamado humanitario al cese del fuego; António Guterres, secretario de la misma, aseveró que la protección de civiles debe ser fundamental. Ya son más de 10,000 muertos incluidos más de 4,000 niños.

Una semana antes, Craig Mokhiber, director de la Oficina de Nueva York de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, dio una muestra de dignidad humana al renunciar a su cargo: “Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo” —escribió Craig en su extensa carta de renuncia. “La actual matanza del pueblo palestino —dice en otro párrafo— arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemática, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explicitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y del ejército israelí, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacadas sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados (…) Este es un caso de genocidio de manual”.

La otra personalidad con dignidad que también renunció a su alto cargo como funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, es Josh Paul, quien al dimitir escribió una carta, que se volvió viral en el mundo, en la que plantea que el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel es “miope”, “destructivo” y “contradictorio”. En una entrevista con Democracy Now!, comentó que trato de plantear sus inquietudes a sus superiores pero no encontró “ningún interés en discutir el tema”. Paul dice que el mensaje que circula en el gobierno de Biden es: “Esta política no se puede cuestionar porque viene de arriba”.

Punto final

El único medio de vencer en una guerra es evitarla. George Marshall (1880-1959) Militar y político estadounidense.