Elecciones 2024
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La semana pasada el Banco de México emitió una circular tan escueta como radical. Tiene apenas dos cuartillas y todos los malos presagios del mundo.

Yo no entiendo nada de las altas finanzas nacionales y mundiales, pero entiendo algo de leer entre líneas las elipsis y los minimalismos con que la retórica bancaria suaviza las malas noticias.

La llamada “minuta de la decisión de política monetaria de Banxico” está salpicada de buenos síntomas en la economía mundial, que “siguió expandiéndose durante el tercer trimestre del año”, donde “gran parte de las economías emergentes ha presentado una recuperación más sólida” (no se incluye aquí a la economía mexicana).

El comercio mundial está al alza, el mercado laboral estadunidense se fortalece y sigue repuntando su actividad económica. No hay presiones inflacionarias en las economías avanzadas y se mantienen en ellas las bajas tasas de interés.

La buena noticia sobre la economía mexicana es que los sismos tendrán solo “efectos temporales” sobre las finanzas públicas, que la inflación reciente ha encontrado su techo y empieza a bajar y que las exportaciones seguirán creciendo por el buen ritmo de la economía estadunidense.

Aquí terminan las buenas noticias. Lo que sigue es que la inflación subyacente “permanece en niveles bastante altos”.

Que “la información disponible apunta a una desaceleración del crecimiento”.

Que, luego de crecer bien, “el consumo privado se ha debilitado”, y prevalece “la debilidad de la inversión por la debilidad de la privada y la fuerte caída de la pública… No se anticipa su recuperación”.

Una negociación adversa del TLCAN afectará la industria automotriz. La actividad industrial refleja también “debilidad” (debilidad es la palabra preferida de la minuta).

“La inseguridad está teniendo consecuencias perniciosas sobre el crecimiento”.

Y, finalmente: “El balance de riesgos se ha deteriorado por la percepción de que pudieran materializarse escenarios adversos en la relación bilateral entre México y EUA y riesgos por el período electoral en México en 2018”.

No quisiera traducir este mensaje al lenguaje de lo que los legos pueden entender porque la verdad no puede entenderse de él sino lo fundamental:

La cosa no está bien y su tendencia previsible es a empeorar de mala manera.

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