Elecciones 2024
Elecciones 2024

La semana pasada escribía en este espacio que, sin posibilidad de llegar a la elección con el impulso de una economía en crecimiento, el presidente Donald Trump no tenía otra apuesta que agitar a sus fieles.

El reciente reporte sobre empleo, sin duda positivo, ha dado un respiro al presidente, pero lo cierto es que en los últimos días también ha habido señales que apuntan en contra de su reelección.

Las manifestaciones se han extendido hacia pequeñas localidades, algunas incluso con poca presencia de afroamericanos. Es una circunstancia inédita, lo mismo que la amplia participación de jóvenes blancos. Se protesta por los sesgos de raza y por la brutalidad de la policía, pero más ampliamente contra el racismo y la desigualdad.

El desalojo violento de la plaza Lafayette para que Trump se tomara una foto y su amenaza de usar a los militares, además de incomodidad, generó desmarques entre altos mandos castrenses. Destaca la dura crítica de su ex secretario de Defensa, James Mattis.Igualmente han marcado distancia legisladores republicanos que ahora valorarán si el presidente pudiera llevarlos a perder el Senado. El posicionamiento de Trump en las encuestas determinará cómo se acaban acomodando estos congresistas.

En el plano de la opinión pública hay datos que tampoco deben gustar al presidente. La más reciente encuesta de CNN ya registra una aprobación por debajo de 40 por ciento y da a Joe Biden una ventaja de 14 puntos para la elección.

Otros estudios indican que una mayoría de estadunidenses piensa que el racismo es un problema grave y que hay discriminación policiaca, además de apoyar las protestas y reprobar la actuación del presidente. Aun entre los republicanos, casi una tercera parte no aprueba su manejo de las protestas.

Pero tal vez el dato más revelador es que entre 70 y 80 por ciento de los ciudadanos considera que las cosas están fuera de control y que su país marcha en la dirección equivocada. Según las encuestas, así piensan entre la mitad y dos terceras partes de los republicanos.

Para un presidente que intenta posicionarse como el candidato del orden y la ley, esta percepción, que comparten buena parte de sus partidarios, no puede leerse más que como una mala señal.