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La obsesión de la CNTE y Morena por tumbar la reforma educativa siempre tuvo una raíz ideológica para mantener la hegemonía de la Sección 22 en el adoctrinamiento de los niños de las familias más pobres y desprotegidas.

Es lógico que la pequeña que declama la tristemente célebre declamación Todo de Peña, un fracaso, estudie en una escuela controlada por la CNTE en la Escuela Telesecundaria de La luz, en Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, Oaxaca, gobernado por Morena y uno de los más pobres del país.

En el municipio donde la pequeña es adoctrinada  para que aprenda de memoria declamaciones sobre políticas oficiales del gobierno, el 36.8 por ciento de la población presenta rezago educativo, de acuerdo con el INEGI, y 57 por ciento no tiene acceso a servicios de salud.

Sin embargo, el vocero de la CNTE, Wilbert Santiago Valdivieso, defiende la declamación porque responde al “programa Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca, que entiende que el tema del huachicol está siendo evidente en el país”.

Es básicamente en lugares como Villa de Tututepec de Melchor Ocampo donde se ceba la CNTE y toma a los niños como botín y objeto de lucro, como Azael Santiago Chepi, diputado federal de Morena que cobró 287 mil pesos sin dar clases porque hacía “labor política” para la CNTE.

Como jefe de la CNTE (2008-12), Chepi declaró paro de labores que dejaron sin clases por más de 71 días a un millón de estudiantes de Oaxaca. Y hasta número de plaza tiene: 078779E2781300203639 como profesor, justamente, de telesecundaria.

Por cierto (¿podía ser de otra manera?) Chepi  fue quien logró que la Cámara de Diputados aprobara el acuerdo “de urgente y obvia resolución” de suspender la evaluación para que los maestros no acrediten conocimientos como… maestros.

Y debido a eso, México tiene un nivel educativo de cuarta categoría: en el más reciente informe PISA, el examen internacional más reconocido, nuestros niños no aprobaron un solo examen de ciencias, lectura ni matemáticas.

Además, según la OCDE, 63 por ciento de los mexicanos apenas tiene estudios de primaria o secundaria. Sólo 64 por ciento de los niños termina la primaria, 51 la secundaria y 27 el bachillerato. Pero un maestro que no se para en un salón de clases, logra que los maestros no sean evaluados.

Ah, pero qué tal la CNTE sí consigue adoctrinar a una niña con un racimo de frases hechas a favor de un gobierno determinado y en contra de otro, cuando ambos han provenido de la arquitectura democrática del Estado mexicano, y la educación tiene que ser pública e imparcial en ese sentido.

Por eso querían eliminar la reforma educativa.

Para adoctrinar.

Y no educar.