Elecciones 2024
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Tímidos y bien arropados bajo el cobertor infalible de “sigo estando en contra de la corrupción”, “en favor de los pobres” y de “la justicia social”, empiezan los deslindes de muchos que gozaron de la libertad de expresión para hacer que la 4T llegara al poder.

Pero es puro rollo políticamente correcto para zafarse de la responsabilidad que deben asumir: claro que nadie está en contra de los pobres o de la justicia social. No existe, en ningún lugar del planeta, quien se atreva a decir que apoya la corrupción.

Es que se asustaron con la transformación que ya los está tocando a ellos y, de la cual, no tenían idea de cómo sería. Aunque, si se sienten engañados, son injustos con el ganador de las elecciones, porque él nunca mintió en campaña. Siempre fue muy claridoso.

El balde agua fría más reciente fue para la izquierda chic del mundo del cine, con la reforma del gobierno para desaparecer 44 fideicomisos que acumulan 91 mil millones de pesos, entre éstos el ya disminuido Fondo de Inversión y Estímulos al Cine.

Las redes sociales, que son hoy básicamente el único contrapeso que tiene el gobierno, se incendiaron y detuvieron (por ahora) el embate, junto con la intervención el viernes de tres de nuestros más destacados cineastas, en especial Guillermo del Toro.

El mundo del cine, con sus progres de salón (Iñarritu, Cuarón, Gael, Diego Luna…) es de los más perjudicados por el gobierno al que tanto ayudaron a llegar al poder. Sólo que esto de Fidecine fue escandaloso. Pero antes les quisieron cerrar Filminlatino.

Ya el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad fue absorbido por el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine, y quitaron recursos al Programa de Estímulo a Creadores Cinematográficos 2020 y al Programa de Otorgamiento de Donativos 2020.

Esos mazazos al universo de los Iñarritu, Cuarón, Gael, Diego Luna han sido en nombre de la Ley de Austeridad Republicana del gobierno que compra de 20 ventiladores por 31 millones de pesos al hijo de Bartlett: el precio más alto pagado durante el COVID-19.

Mientras el gobierno redujo los recursos a los cineastas jóvenes ganadores de becas, y a los proyectos del Programa de Estímulo a Creadores Cinematográficos, además del recorte de recursos a los festivales de Morelia, Guadalajara y Expresión en Corto.

Y la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Cinematografía ordena doblar al español y lenguas indígenas las películas extranjeras, a un costo por doblaje de 300 mil pesos, lo cual provocará la quiebra de las salas cinematográficas.

Que lejos quedó el entusiasmo de julio de 2018 de la actriz Susana Zabaleta: “Ahora sí hay lana para la cultura”.

Pues no: no hay.