Tras la “luna de miel” por el segundo término del presidente Donald Trump millones de estadounidenses comienzan a sentir la cruda
Por Gregorio A. Meraz
Tras la “luna de miel” por el segundo término del presidente Donald Trump, millones de estadounidenses, comienzan a sentir la cruda.
Su confianza ciega en lo que esperaban traería una instantánea reducción de precios de combustibles y alimentos, control de la inflación, prevención de la recesión, seguridad y aumento de los ingresos, resultó una realidad muy diferente, con la injustificada y descabellada guerra comercial, -política del garrote-, en busca de nuevos acuerdos, tratando de eliminar
déficits comerciales.

La prueba mas reciente de los elementos de “disuasión” de esa política, fue el encuentro en la Oficina Oval, con el presidente Cyril Ramaphosa, de Sudáfrica, a cuyo gobierno acusó de “tener miles de solicitudes de asilo político de la población blanca de ese país, por asesinatos y despojo de
sus tierras,” proyectando un mini-documental de 5 minutos.”
Ramaphosa lo rechazó y días después fue desmentido por otras fuentes, tras comprobar que la “documentación” (publicada a principios de febrero) era relacionada con un combate en Goma, República del Congo, capturada por rebeldes del grupo M23, nación que el presidente Trump confesó públicamente “no saber donde estaba.”

La nueva realidad, disipó también la ilusión del fin de la sangrienta y cobarde invasión Rusa a Ucrania, mientras Putin lanzó este domingo, el más prolongado ataque con misiles contra esa nación, desde el inicio de la guerra y “fortalece combate y reconocimiento de la Flota Rusa del Báltico” como “respuesta a potenciales actos hostiles de la “creciente amenaza de la OTAN”, de acuerdo a Nikolay Patrushev, asesor de Putin.
Trump atacó al presidente ucraniano Volodymir Zelensky, cuando denunció que “el silencio de Estados Unidos y otros países, alienta nuevos ataques rusos,” argumentando que “cada vez que Zelensky abre la boca, empeora la situación para su país.”
Aunque Trump envió emisarios a Moscú en numerosas ocasiones, fue hasta el 19 de mayo, cuando abordó directamente con Putin el tema del fin del conflicto en Ucrania, en una llamada telefónica de dos horas, para lo que Moscú pide una zona de protección, de las regiones de Belgorod,
Bryansk y Kursk, contra ataques, además de la seguridad de que esta nación “nunca será parte de la OTAN.”
La primera ministra otaliana, Georgia Meloni, propuso la mediación del papa León XIV, entre Moscú y Kiev, pero Putin pone como condición negociar “solo con Trump” quien dijo este Domingo que “el presidente ruso se ha vuelto loco sin razón, con esos ataques.”
Los estadounidenses, como el mundo, también esperaban controlar a Benjamín Netanyahu, en su esfuerzo de desalojar y despojar a los palestinos de su propio territorio, para construir la “riviera” sugerida por Trump, a pesar de la creciente oposición en todo el mundo.
Y es que Trump, ha sido, definitivamente, un presidente fuera de serie en Estados Unidos, incapaz de comprender la solemnidad del Memorial Day o Día del Recuerdo, en honor de los caídos, usó su discurso en esta ocasión, para hablar de las elecciones, su derrota, los juegos olímpicos, atacar a su
antecesor, para hablar de inmigración y fronteras, como hizo en la graduación de cadetes de la academia de West Point.
Con un gabinete totalmente leal a él, encima de la. Constitución, intimida a críticos y opositores, como Bruce Springsteen, Beyonce, Bono, Kamala Harris, James Comey y otros, amenazándolos con “grandes investigaciones.”
Presionado internamente con cuestionamientos a su política económica, radicalmente opuesta a lo que prometió, el Presidente Trump, continúa respondiendo que la “combustibles y alimentos han bajado 90 por ciento de precio,” y que habrá una difícil transición antes de avanzar,” lo que millones de estadounidenses dudan.
Durante su segundo mandato, Trump, argumentando “ejercer todo el poder que la Constitución otorga a los presidentes -contrario a los excesos de los que advierten académicos constitucionalistas como Lawrence Tribe, de la Universidad de Harvard- ha alteró la economía, despojó a esta nación del liderazgo global para la defensa de la democracia, derechos humanos, civiles, laborales e individuales, persigue a sus oponentes políticos, ignora a aliados históricos a quienes no entiende, para unirse a enemigos tradicionales, que admira.
Es quizás el único presidente de Estados Unidos que, en lugar de apelar a decisiones de tribunales federales, incluyendo la Suprema Corte de Justicia de la Nación, opta por atacar, insultar y descalificar a los magistrados que emiten fallos en su contra y ha tratado de eliminar todos los mecanismos que garantizaban el buen cumplimiento de la ley, impedían corrupción y mal manejo de los recursos, con apoyo del Congreso Republicano, mientras prepara el despido de una gran cantidad de generales en el Pentágono, para dejar a los que le son leales, como hacen regímenes totalitarios.
Chantajea y amenaza a universidades como Harvard, esgrimiendo la cancelación de visas de sus alumnos, exigiendo la anulación de Programas de Diversidad, Equidad e Inclusión de estudiantes de minorías étnicas, batalla legal en la que un tribunal federal bloqueó sus amenazas. Trata de
intimidar a los medios de comunicación, ataca e insulta a reporteros y hace del terror una de sus herramientas favoritas, mientras abiertamente obtiene contratos para construir hoteles y campos de golf de sus empresas, que manejan los hijos.
Y es que el caos económico nacional por la imposición unilateral de tarifas, al “amparo” de una vieja ley de poderes económicos de emergencia, ahora de 50 por ciento a Europa, que nuevamente pospuso dos meses, ha causado perdidas multimillonarias de fondos de inversión de pensionados estadounidenses, se agudiza cada día más.
El brutal arresto y deportación, no solo de indocumentados criminales, sino de mujeres y niños, residentes legales o ciudadanos, deja sin empleados a las industrias agrícolas, ganadera, de servicios y de la construcción, que ya sufren pérdidas multimillonarias y enfrentan la quiebra, por el
desesperado intento de una costosa deportación masiva, con arbitrarias detenciones que -de acuerdo a tribunales federales- violan derechos constitucionales.
Su política de odio racial y división es clara en el nuevo y controversial presupuesto, aprobado ya por la Cámara Baja del Congreso, que incluye trillones de dólares recorte de impuestos a la industria petrolera y empresas multimillonarias que contribuyeron a la campaña de Trump y que él trata de mitigar, eliminando o reduciendo programas de salud, alimentación, educación y vivienda para personas de bajos ingresos o despojando de deducciones de impuestos a familias residentes legales, donde alguno de los padres carezca de Seguro Social.
El presupuesto en paquete, una de las pocas acciones legislativas del Congreso, aprobado por republicanos, que proponen un período más de Trump, convertir su cumpleaños en celebración nacional y un gran desfile militar, de 45 millones de dólares para honrarlo ese día, incrementaría en
3.8 trillones de dólares la deuda externa, lo que ya ven con preocupación Senadores de ese mismo partido.
De acuerdo al Proyecto 2025, esto es solo el principio.