Elecciones 2024
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A partir de las declaraciones hechas por el vicepresidente del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, Stanley Fischer, durante el simposio de Jackson Hole hace un par de semanas, los mercados habían comenzado a asignar una mayor probabilidad de alza en las tasas de interés por parte de la Fed en la reunión que concluye el 21 de septiembre.

Aunque en este mismo espacio comentamos que el escenario base seguía siendo uno donde las tasas se mantenían sin cambio en septiembre y noviembre, y que la Fed se limitaría a un solo incremento en diciembre, también reconocimos que si los datos de empleo de agosto mantenían la fortaleza observada en junio y julio, la probabilidad de un alza en septiembre se incrementaría de manera importante.

Sin embargo, la cifra de creación de empleo no agrícola de agosto se ubicó en 151,000 plazas, por debajo del consenso de expectativas del mercado que anticipaba la creación de 180,000 empleos y también muy por debajo del promedio de junio y julio de 272,500 puestos y el promedio de 204,000 de los últimos 12 meses.

Asimismo, otro de los indicadores clave en el radar de la Fed, los salarios promedio por hora, solamente registró un aumento de 0.1% con respecto al mes anterior, llevando el incremento en lo que va del año de 2.3% en julio a 2.4% en agosto.

Aunque los datos de agosto no son malos, sobre todo considerando que las cifras de julio fueron revisadas al alza (aunque las de junio fueron revisadas a la baja), la interpretación del mercado es que la dinámica no es lo suficientemente robusta como para que la Fed se apresure a incrementar las tasas en septiembre.

De acuerdo con datos de Bloomberg, la probabilidad implícita de un alza en septiembre en el mercado de futuros bajó de 34% antes de la publicación del reporte de empleo a 22% después de la publicación.

Otro dato que se publicó en la semana y que podría jugar en contra de un escenario de alza en septiembre fue el dato de agosto del ISM, indicador que mide la actividad económica en el sector manufacturero. Dicha cifra disminuyó de 52.6 puntos en julio a 49.4 puntos en agosto, reflejando una contracción en la actividad manufacturera. Cuando el índice ISM se ubica por arriba de 50 puntos se considera que la actividad manufacturera está en expansión, mientras que una lectura por debajo de 50 puntos señala contracción.

La cifra de agosto representa la primera contracción desde febrero de este año. Aunque un mes no necesariamente implica una tendencia, la Fed probablemente prefiera esperar a tener mayor evidencia de si hay una desaceleración temporal o no antes de subir las tasas. Aunque la Fed podría subir las tasas en su reunión que concluye el 2 de noviembre, esto sucedería apenas unos días antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre en Estados Unidos.

Dado que, como hemos expresado en este espacio, la elección actual no es una elección normal en Estados Unidos, la Fed probablemente prefiera esperar hasta diciembre para reanudar su plan de normalización de política monetaria. Dado que Donald Trump ha recuperado algo de terreno en las encuestas más recientes y considerando que su elección sería vista por los mercados como un evento muy negativo para la economía global, dudo mucho que la Fed quiera sorprender a los mercados con un alza en septiembre para después tener que echar marcha atrás ante un eventual triunfo de Trump.

Aunque la Fed nunca aceptará en público que la incertidumbre sobre el resultado de la elección es un factor en su proceso de toma de decisión, la realidad es que esta elección podría tener ramificaciones económicas tan importantes que sería imprudente no tomarla en cuenta.