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Esta semana, la atención de los mercados estará principalmente concentrada en los anuncios de política monetaria de diversos bancos centrales incluyendo el de la Fed y el de Banxico.

La reunión de política monetaria de la Fed concluye el miércoles mientras que el anuncio de Banxico está agendado para el jueves. Sin duda, el anuncio más importante es la decisión de de la Fed donde la mayoría de los observadores y el mercado de futuros tienen descontado que no habrá cambios en la tasa de interés de referencia y mantendrá el rango actual de 0% a 0.25 por ciento.

Con la pausa plenamente descontada, la atención del mercado está concentrada en dos temas: el posible anuncio de un calendario más acelerado para la normalización de la política monetaria y las revisiones a los pronósticos macroeconómicos para el 2022 y el 2023, especialmente en el frente de inflación.

Se espera que la Fed reconozca explícitamente que la inflación ha dejado de ser un fenómeno temporal y que su retorno al nivel objetivo de 2% podría demorarse considerablemente.

En este sentido, el mercado ha comenzado a digerir un proceso menos gradual para la normalización de las condiciones monetarias. En concreto, el mercado espera que la Fed anuncie una aceleración en el ritmo de reducción del programa de estímulos cuantitativos, lo que adelantaría su conclusión de junio a marzo, abriendo la puerta para que lleve a cabo su primer aumento en las tasas de interés entre marzo y junio.

Esta situación debe reflejarse de manera concreta en una revisión importante al alza en los pronósticos de inflación –que ha alcanzado su nivel más alto en 20 años– y también en las expectativas de tasa de interés de los miembros del FOMC.

La última publicación de estimados económicos dada a conocer en la reunión de política monetaria de finales de septiembre reflejaba estimados de inflación de 4.2% para el 2021 y de 2.2% para el 2022 y 2023; mientras que en el tema de la tasa de fondeo los miembros del FOMC esperaban, en promedio, un solo aumento en el 2022, seguido de otros tres incrementos en el 2023.

Los nuevos pronósticos que se publicarán esta semana muy probablemente incorporen un pronóstico de inflación por arriba de 6% para este 2021, y de aproximadamente 3.2% para el 2022 y 2.5% para el 2023. Asimismo, la gráfica de puntos que incorpora las expectativas para la tasa de fondeo de cada uno de los miembros del FOMC probablemente refleje que, en promedio, podría incrementarse hasta en tres ocasiones en el 2022 y otras tres en el 2023.

Esto implicaría que la tasa de fondeo podría cerrar el 2022 y el 2023 en 0.75 y 1.50% respectivamente. La Fed tiene que mandar una señal clara de que está lista para actuar de manera contundente en el frente inflacionario y más en un momento en el que las tasas de interés en términos reales (es decir, ajustadas por inflación) se encuentran en terreno negativo y su nivel más bajo en 40 años.

En el caso de Banxico, el consenso de mercado espera un incremento de un cuarto de punto para dejar la tasa de fondeo en 5.25 por ciento. Sin embargo, la opinión de este columnista es que Banxico debería optar por un incremento de medio punto y dejar claro que su principal objetivo es el combate a la inflación.

Además de un continuo deterioro en las expectativas de inflación, incluyendo los propios pronósticos de Banxico publicados en su última decisión de política monetaria, la perspectiva de un calendario de normalización menos gradual por parte de la Fed debería ser razón suficiente para que Banxico actuara de manera más decisiva.

Adicionalmente, la Junta de Gobierno actual podría aprovechar esta reunión para dar un paso firme antes de su reconfiguración a partir del 1 de enero.