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Mañana miércoles, la Fed dará a conocer su tercera decisión de política monetaria del año. La gran mayoría de los especialistas esperan un aumento de medio punto que dejaría la tasa de fondeo en 0.75 por ciento.

Las expectativas sobre la trayectoria de alza en tasas se han venido revisando al alza considerablemente durante los últimos meses y el mercado estará muy atento al comunicado de la Fed y a la conferencia de prensa buscando señales sobre los siguientes movimientos de la institución.

Vale la pena recordar que apenas en septiembre del 2021, el mercado anticipaba que la Reserva llevaría a cabo un solo incremento de un cuarto de punto durante el 2022 y que la tasa terminaría este año en 0.25 por ciento.

Inmediatamente después de la reunión de marzo, el mercado comenzó a descontar un escenario en el que la Fed llevaría a cabo siete incrementos de un cuarto de punto cada uno durante el 2022 (incluyendo el de la decisión de marzo) y que la tasa finalizaría el año en un rango de 1.75 – 2.00 por ciento.

Este escenario estaba en línea con lo reflejado en la gráfica de puntos (dot plot) publicada por la Fed en el documento de proyecciones macroeconómicas que acompañó la decisión de política monetaria de marzo. Sin embargo, durante las últimas semanas, algunos miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) han tenido intervenciones públicas en las que han plasmado la creciente probabilidad de un escenario de tasas más altas.

El 18 de abril, el presidente de la Fed de San Luís, James Bullard, fue contundente al afirmar que la inflación actual es demasiado alta y que la Fed está detrás de la curva en su misión de combate a la inflación. Como consecuencia, argumentó Bullard, la Fed debería incrementar la tasa de fondeo a 3.5% para el cierre de este año. Esto implicaría un incremento de tres cuartos de punto seguido de cinco incrementos de medio punto.

Esta postura es consistente con lo expresado por Bullard en el dot plot de marzo. Aunque Bullard es conocido como uno de los miembros más hawkish del FOMC, no es el único que espera un escenario de tasas más alto al que se vislumbró en las proyecciones macroeconómicas de la Fed en marzo.

Por un lado, las minutas de la junta de marzo muestran que el FOMC estuvo cerca de optar por un incremento de medio punto en lugar de uno de un cuarto de punto. Por otro lado, tanto John Williams (presidente de la Fed de Nueva York) y Lael Brainard (vicegobernadora de la Fed) expresaron su deseo de acelerar el ritmo de alzas en la tasa de interés de referencia, mencionando que un incremento de medio punto en la reunión de esta semana sería una opción muy razonable.

Adicionalmente, en su intervención en un panel de discusión auspiciado por el Banco Central Europeo, el presidente de la Fed, Jay Powell, afirmó que la Fed podría tomaría una trayectoria de alza en tasas más agresiva.

En concreto, Powell consideró apropiado que la Fed opte por un aumento de medio punto en la reunión de esta semana. Por su parte, el mercado de futuros de tasas ha venido descontando una trayectoria de alza más agresivas que ahora incorpora movimientos de medio punto para esta reunión y las próximas tres en junio, julio y septiembre.

Sin embargo, algunos observadores ya comenzaron a pronosticar algo más parecido al escenario planteado por Bullard con un incremento de medio punto esta semana, seguido de incrementos de tres cuartos de punto en junio y julio.

Deutsche Bank planteó que las tasas podrían llegar a 5% en este ciclo alcista, nivel no visto desde el 2006. Si bien es cierto las presiones inflacionarias se originaron por múltiples choques por el lado de la oferta, la situación de pleno empleo en el mercado laboral y el riesgo de un desanclaje de las expectativas de inflación está contribuyendo a un escenario en el que la inflación ya comienza a presionar los salarios.

En este contexto, con la inflación en su nivel máximo en 40 años, la Fed tiene muy poco espacio de maniobra.