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El jueves pasado la SHCP presentó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico para el 2022. Dicho paquete incluye las propuestas de Criterios Generales de Política Económica (CGPE), Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación e Iniciativa de Ley de Ingresos que seguramente serán aprobadas sin cambios sustanciales y en tiempo por mayoría simple en el Congreso.

En general, la propuesta no incorpora cambios sustantivos en materia de legislación, normatividad y el marco fiscal. Los aspectos más importantes en los CGPE son una revisión al alza en los estimados de crecimiento del PIB e inflación con respecto a lo presentado en los precriterios en abril de este año.

Los aspectos más importantes del marco macroeconómico son: (I) un estimado de crecimiento del PIB de 6.3% para el 2021 y de 4.1% para el 2022; (II) un estimado de inflación de 5.7% para el 2021 y de 3.4% para el 2022; (III) una tasa de interés promedio de Cetes a 28 días de 4.8% para el 2021 y de 5.3% para 2022; (IV) un tipo de cambio promedio de 20.1 pesos por dólar para el 2021 y 20.3 para 2022; (V) un precio de 60.6 dólares por barril para la mezcla mexicana para el 2021 y de 55.1 para el 2022; y (VI) una plataforma estimada de producción de crudo de 1.753 millones de barriles diarios para el 2021 y de 1.826 millones para el 2022.

Bajo estos supuestos, la SHCP estima que el saldo total de los Requerimientos Financieros del Sector Público (los RFSP que son la medida más amplia de las necesidades de financiamiento del sector público) como porcentaje del PIB se ubiquen en 4.2% para el 2021 (vs. 3.4% aprobado en noviembre del 2020) y en 3.5% para el 2022. Asimismo, la SHCP estima que el Balance Público termine el 2021 con un déficit equivalente a 3.2% del PIB (vs. 2.9% aprobado en noviembre de 2020) y uno equivalente a 3.1% para el 2022.

Finalmente, la SHCP estima un déficit primario (es decir el balance público de ingresos y gastos excluyendo el costo financiero de la deuda) de 0.4% del PIB en el 2021 y de 0.3% en el 2022. En papel, el paquete refrenda el compromiso de mantener finanzas públicas sanas y un marco macroeconómico estable como condiciones necesarias para generar crecimiento. Sin embargo, algunos de los supuestos fundamentales para el cálculo de los ingresos parecen demasiado optimistas.

Dado que por el lado del gasto hay poco espacio de maniobra, un nivel de ingresos por debajo de lo esperado podría poner presión a las metas de déficit primario, déficit público y RFSP.

Empecemos por el pronóstico de PIB para el 2022 de 4.1% que se ubica más de un punto porcentual por arriba del consenso de especialistas del sector privado de 2.9% de la última encuesta de expectativas de Banxico. Aunque el 2021 se ha caracterizado por un rebote importante en la actividad económica impulsado por la locomotora de Estados Unidos, el impulso de nuestro vecino del norte será mucho menor en el 2022 y los principales motores de crecimiento doméstico (inversión pública y privada) siguen deprimidos.

Otro supuesto que parece muy optimista es el de la plataforma de producción de Pemex para el 2022 de 1.826 millones de barriles diarios. Como contexto, esta meta se asemeja a la que se pronóstico en el presupuesto presentado en septiembre del 2020 para el 2021. No obstante, la producción promedio en lo que va de este año es de 1.677 millones de barriles diarios.

En el 2019 y el 2020 el gobierno federal recurrió a guardaditos que se tenían en el Fondo de Estabilización y varios fideicomisos para poder fondear el gasto y mantenerse cerca de las metas fiscales. En el 2021 las metas fiscales no se cumplieron a pesar de un fuerte incremento en la recaudación de impuestos proveniente de una mejor fiscalización a los grandes contribuyentes.

Para alcanzar las metas en el 2022 la SHCP tendrá que seguir contando con su creciente eficiencia en la recaudación de impuestos ya que los supuestos de crecimiento y de plataforma de producción petrolera se antojan optimistas.