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La semana pasada el mercado estaba muy atento a la publicación de las cifras de empleo de agosto en Estados Unidos por parte del Bureau of Labor Statistics. Como hemos analizado en este espacio, la evolución de la salud del mercado laboral es, junto con la inflación, el factor más importante en el proceso de toma de decisiones de política monetaria por parte de la Fed.

Dado que el nuevo marco de referencia adoptado por la Fed a finales del año pasado privilegia el objetivo de pleno empleo y permite que la inflación se ubique temporalmente por arriba del objetivo central de 2%, las cifras mensuales de creación de empleo tienen implicaciones determinantes en cuanto al timing del eventual retiro de estímulos monetarios.

En pocas palabras, si el ritmo de creación de empleos de los últimos tres meses –de casi 900,000 empleos al mes– se mantiene, la Fed tendría menos argumentos para posponer el inicio del tapering –la disminución del monto mensual de inyecciones de liquidez– hacia el 2023.

Concurrentemente, una desaceleración sostenida en el ritmo de creación de empleos podría obligar a la Fed a mantener su postura súper acomodaticia durante un mayor tiempo. Durante agosto, la economía estadounidense añadió 235,000 nuevos empleos a la nómina no agrícola, cifra que estuvo muy por debajo del consenso de expectativas que se ubicaba en 730,000 puestos de trabajo. La sorpresa negativa fue tan grande que ni siquiera el pronóstico más pesimista de 400,000 empleos estuvo cerca.

La cifra de agosto es la más débil desde enero de este año cuándo se crearon 233,000 empleos. Después de sumar las cifras de agosto, el déficit de empleo en comparación con el nivel pre pandemia se ubica en 5.3 millones de empleos –se perdieron 22.3 millones de empleos y se han recuperado 17 millones. Casi una tercera parte de este déficit viene del sector de hospitalidad y restaurantes donde aún faltan por recuperar aproximadamente 1.7 millones de empleos. A pesar del creciente número de puestos disponibles de trabajo en el sector de hospitalidad y restaurantes, el crecimiento en el empleo en este sector fue nulo durante agosto.

Como analizamos en la edición de Sin Fronteras del 8 de agosto, hay un gran número de trabajadores que han preferido mantenerse desempleados antes de regresar a un empleo de este tipo por diversas razones. Esto se refleja en una disminución en la tasa de participación de la fuerza laboral que actualmente se ubica en 61.7% vs 63.3% previo a la pandemia.

Esta situación ha contribuido a una disminución en la tasa de desocupación a pesar de la desaceleración en el ritmo de creación de empleo. La tasa de desempleo se redujo en 0.2 puntos porcentuales para ubicarse en 5.2% en agosto, su nivel más bajo desde que comenzó la pandemia –aunque todavía por arriba del su nivel pre pandemia de 3.5 por ciento. Aunque la decepcionante cifra de creación de empleo en agosto está alimentando la percepción de que la Fed podría verse obligada a posponer el inicio del proceso de normalización de su política monetaria, la verdadera prueba vendrá en los datos de empleo de septiembre.

Vale la pena recordar que los programas extraordinarios de apoyo al desempleo –incluyendo el apoyo federal de 300 dólares semanales concluyeron el 31 de agosto. La combinación de la conclusión del plan ampliado de beneficios por desempleo, de la mano de un incremento en los salarios promedio en el sector de restaurantes y hospitalidad, aunados a la reapertura de las escuelas, guarderías y asilos, debe contribuir a una recuperación en el ritmo de creación de empleos en lo que resta del año. Por el momento el mercado tendrá unas semanas más para seguir pensando en un escenario en el que la Fed extiende el periodo de política monetaria súper expansiva por algunos meses.