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Este jueves, Banco de México (Banxico) publicará su tercera decisión de política monetaria del año en la que está prácticamente obligado a incrementar la tasa objetivo en por lo menos 0.5 puntos porcentuales, tal como lo ha venido haciendo en las últimas tres decisiones de política monetaria.

Con este aumento, la tasa llegará a 7.0% pero el contexto actual apunta a que habrá varios incrementos adicionales en lo que resta del año.

La semana pasada la Fed incrementó la tasa de Fed Funds en Estados Unidos en medio punto para dejarla en un rango de 0.75 a 1.0%, tal como lo esperaba el mercado. El incremento de medio punto es el primero de esta magnitud desde mayo del 2000, hace 22 años.

Adicionalmente, la Fed reiteró la guía de que subirá las tasas de interés en cada una de las cinco reuniones de política monetaria que restan en el año, dejando abierta la posibilidad de nuevos incrementos de medio punto pero descartando, por ahora, incrementos de tres cuarto de punto.

Lo expresado en la conferencia de prensa por el chairman de la Fed, Jay Powell, mandó un mensaje de que la Fed podría subir la tasa en medio punto en junio y julio, para después subirla únicamente en un cuarto de punto en las reuniones de septiembre, noviembre y diciembre.

Esto implicaría que la tasa de Fed Funds cerraría el 2022 en un rango de 2.50 a 2.75%, nivel muy similar al que está descontado en el mercado de futuros. Sin embargo, la Reserva reconoció que, si la situación inflacionaria no cede, no les temblará la mano para que los aumentos en las reuniones de septiembre y noviembre también sean de medio punto.

De darse este escenario, la tasa de Fed Funds podría terminar el año en un rango de 3.25-3.5 por ciento. Algunos miembros de la Fed, como James Bullard, John Williams y Lael Brainard asignan una mayor probabilidad a este último escenario.

La tasa de Fed Funds no ha tenido un incremento mayor a 2.75 porcentuales en un solo año desde 1994. La Fed también anunció que irá reduciendo el tamaño de su balance vendiendo activos (bonos del Tesoro de largo plazo y bonos respaldados por hipotecas) en un monto mensual de 47,500 millones de dólares durante tres meses y que el monto mensual aumentará a 95,000 millones a partir del cuarto mes.

Dado el mandato dual de la Fed de estabilidad de precios y pleno empleo está tratando de equilibrar sus decisiones de política monetaria para no detonar una recesión.

Las cifras del PIB del primer trimestre en Estados Unidos mostraron una contracción anualizada por primera vez desde el segundo trimestre del 2020. Sin embargo, la mayor parte de la caída está relacionada a un aumento en las importaciones y una disminución en las exportaciones, así como a una reducción en el gasto de gobierno, lo cual tiene un impacto aritmético en el cálculo del PIB (PIB = Consumo+Inversión+Gasto de gobierno+Exportaciones–Importaciones). Los componentes de demanda doméstica del sector privado siguen mostrando fortaleza.

La Fed tiene que asegurarse que, así como se equivocó al subestimar la magnitud y duración del incremento en la inflación, ahora no se va a equivocar en subestimar la velocidad a la que podría bajar la inflación una vez que las bases de comparación mensuales para la inflación se vuelvan más fáciles y que el componente doméstico de la economía estadounidense empiece a desacelerarse.

En este contexto, Banxico está obligado a por lo menos seguir los incrementos que realice la Fed.

Aunque la inflación podría ser un poco menor en México que en Estados Unidos, por el subsidio a las gasolinas, una trayectoria de tasas en México por debajo de la que se anticipa por la Fed podría tener un impacto negativo en el tipo de cambio.

El presidente López Obrador ha expresado que le gustaría que Banxico no subiera las tasas para no afectar a los consumidores. La realidad es que dada la baja penetración del crédito al sector privado, el más afectado por el alza de tasas locales es el presupuesto del Gobierno Federal por el incremento en el costo de la deuda.

Sin embargo, el Presidente también ha usado el comportamiento de tipo de cambio como barómetro de éxito y estabilidad económica. Si el gobierno actual quiere seguir usando la estabilidad del tipo de cambio como indicador de éxito, debe dejar a Banxico hacer su trabajo, como lo ha venido haciendo, de manera independiente y profesional.